Un equipo de investigadores de distintas instituciones sudafricanas halló que los pingüinos africanos trabajan en sociedad para acorralar peces y así lograr un forrajeo más eficiente. El estudio que da cuenta de estos comportamientos fue publicado en la revista Royal Society Open Science, analizó y respondió el porqué de la referida conducta.
Los pingüinos africanos (Spheniscus demersus), también conocidos como pingüinos del Cabo, se esparcen por toda la costa Sur de África. Al igual que muchos de su especie comen peces pequeños: en su caso, sardinas y anchovetas. Pero los pingüinos africanos, se halló, tienen un comportamiento de pesca que los diferencia de sus parientes en otras áreas geográficas: la caza grupal coordinada.
A cazar en equipo
La disminución de las poblaciones de pingüinos en las últimas décadas empujó a los investigadores a prestar atención metódica a los hábitos alimenticios de las aves en mención. Colocaron entonces minicámaras en las espaldas de 12 ejemplares de estas aves y usaron la información para crear un video, observando en total a 2.533 pares de pingüinos. Se logró editar 14 horas de imágenes de video reveladoras, mostrando en primer plano cómo era la vida de estas aves.
No solo se halló evidencia de su acicalamiento: también se vio con claridad cómo pescaban. Las aves cazaban solas apenas un 66% de tiempo. El resto, el 33%, lo dedicaban a cazar en un cohesionado equipo acomodando a los peces en columnas y luego en bolas.
El inusual comportamiento ha sido antes notado en delfines, pero es la primera vez que se registra en pingüinos. Acorralar los peces en círculos permite cazarlos más fácilmente. Al ver el video, los investigadores pudieron comparar la eficiencia de la pesca solitaria contra la pesca grupal, hallando que cuando las aves lo hacían en equipo, estas podrían ser hasta el doble de eficientes. El equipo halló también pájaros comunicándose antes de la colaboración, lo que sugiere, según ellos, que las aves podrían planear el asalto a sus presas.
Pingüinos del Cabo en peligro
La población de pingüinos del Cabo se ha desplomado de 4 o 5 millones dos siglos atrás a solo 50.000 hoy, una crisis que explicaría el porqué de su poco frecuente asociación pese a la disponibilidad cercana de recursos (no siempre hay suficientes elementos para formar el equipo cazador).
En marzo, investigadores de la Universidad de Washington descubrió que los pingüinos de las Galápagos regresan a mendigar comida de sus padres hasta adultos. A este especie, sin duda una de las más simpáticas del reino animal, se le conoce por ser monógamos. Sin embargo, el año pasado la National Geographic mostró cómo una pareja de estas aves se vio envuelta en un escándalo de infidelidad.
Fuente: Agencia N+1