Cuando un ciudadano ve a una paloma a la que le faltan varios dedos, puede imaginarse con aversión que está enferma. Pero en realidad es víctima de nuestros cabellos y otros residuos en la calle, según un estudio.
En las grandes ciudades del mundo, las palomas son legión y muchas de ellas están lisiadas, amputadas de uno o varios dedos o incluso con un muñón en lugar de una pata.
Una teoría generalizada sostiene que estos defectos se deben a enfermedades, lo que contribuye a su mala reputación de animales portadores de males. Pero en realidad se trata de una leyenda urbana, según un estudio publicado esta semana en la revista Biological Conservation.
Un equipo de investigadores franceses del Museo Nacional de Historia Natural y de la Universidad de Lyon examinó varios centenares de palomas en 46 sitios de París.
Resultado: el hombre es responsable, al menos parcialmente, de estas mutilaciones: cuanto más contaminada está la zona (contaminación atmosférica, ruido…) y cuanto más poblada, más estas aves están lisiadas.
Pero todavía es más sorprendente el hecho de que, según este estudio, las palomas sufren mayores mutilaciones en las zonas donde abundan las peluquerías, que echan los cabellos cortados en las mismas papeleras en las que estas se alimentan.
El motivo es mecánico: “Cuando las palomas caminan por el suelo, los cabellos y los hilos se enredan en sus extremidades y acaban por hacer un torniquete en el dedo, provocando una necrosis y su caída”, según el Museo, que subraya que mejorar la gestión de los residuos podría “limitar el sufrimiento impuesto a la fauna de las ciudades”.
Los investigadores afirman además que las palomas, consideradas generalmente un fastidio, son en realidad un indicador de la contaminación del entorno urbano.
“La vigilancia de la contaminación urbana de las grandes ciudades puede apoyarse en las plumas de las palomas, por ejemplo, para evaluar los residuos de metales, y contando sus dedos”, según el estudio.
Fuente: rpp.pe