Una misión de investigación científica apoyada por la UNESCO ha descubierto uno de los mayores arrecifes de coral del mundo frente a las costas de Tahití.
El estado prístino de los corales en forma de rosa y la extensa superficie que cubre hacen que este descubrimiento sea “muy valioso”, según informa la propia UNESCO.
“Hasta la fecha, conocemos mejor la superficie de la Luna que las profundidades del océano. Sólo se ha cartografiado el 20% de todo el fondo marino. Este notable descubrimiento en Tahití demuestra el increíble trabajo de los científicos que, con el apoyo de la UNESCO, amplían nuestros conocimientos sobre lo que hay debajo”, declara Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
El arrecife se encuentra a una profundidad de entre 30 y 65 metros. Tiene aproximadamente 3 kilómetros de longitud y entre 30 y 60-65 metros de ancho, lo que lo convierte en uno de los arrecifes de coral sanos más extensos de los que se tiene constancia. Los corales gigantes con forma de rosa tienen hasta dos metros de diámetro.
Esto es muy inusual porque, hasta ahora, la gran mayoría de los arrecifes de coral conocidos en el mundo se encuentran a una profundidad de hasta 25 metros. Este descubrimiento sugiere que hay muchos más arrecifes de gran tamaño, a más de 30 metros de profundidad, en lo que se conoce como la “zona crepuscular” del océano, que desconocemos.
“Fue mágico ver gigantescos y hermosos corales rosas que se extienden hasta donde alcanza la vista. Fue como una obra de arte” explica Alexis Rosenfeld, fotógrafo francés y fundador de la campaña 1 Océano, que dirigió la misión de buceo.
Un paso adelante para la ciencia
Esta expedición se enmarca en el planteamiento global de la UNESCO de cartografiar el océano. Los arrecifes de coral son una importante fuente de alimento para otros organismos, por lo que su localización puede ayudar a la investigación sobre la biodiversidad. Los organismos que viven en los arrecifes pueden ser importantes para la investigación medicinal y los arrecifes también pueden proporcionar protección contra la erosión costera e incluso los tsunamis.
“La Polinesia Francesa sufrió un importante evento de blanqueamiento de corales en 2019. Sin embargo, este arrecife no parece haber sido significativamente afectado. El descubrimiento de este arrecife en una condición tan prístina es una buena noticia y puede inspirar la conservación futura. Creemos que los arrecifes más profundos pueden estar mejor protegidos del calentamiento global”, dice Laetitia Hedouin, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia y del organismo de investigación medioambiental CRIOBE, presente en la misión.
Hasta ahora, muy pocos científicos han podido localizar, investigar y estudiar los arrecifes de coral a más de 30 metros de profundidad. Sin embargo, la tecnología permite ahora realizar inmersiones más largas a estas profundidades. En total, el equipo realizó inmersiones de unas 200 horas para estudiar el arrecife y pudo presenciar el desove del coral. En los próximos meses está previsto realizar más inmersiones para seguir investigando el arrecife.
Fuente: europapress.es