El pez nariz de elefante ‘Gnathonemus petersii’ depende de la electricidad para buscar comida y navegar a través de los obstáculos que surcan los ríos africanos oscuros donde habita.
En un artículo publicado este miércoles en la revista ‘Neuron’, investigadores de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, presentan evidencia de que la capacidad de los peces para «ver» con precisión una «imagen eléctrica» de su entorno requiere que filtre su propia interferencia eléctrica.
«Necesitábamos determinar si ser capaz de predecir sus propias señales eléctricas ayudaría a los peces a detectar mejor las señales ambientales», dice Nathaniel Sawtell, neurocientífico del Instituto Zuckerman del Comportamiento del Cerebro y la Mente de Columbia. «Así que, al usar grabaciones neuronales y experimentos conductuales, demostramos que estas predicciones conocidas como imágenes negativas realmente ayudan a los peces a detectar señales externas relacionadas con la presa».
Como pez eléctrico, el pez elefante tiene dos sistemas especializados que lo ayudan a sentir su entorno: un sistema pasivo adaptado a las diminutas firmas eléctricas de todo lo que vive en su entorno, incluidas las presas, y un sistema activo que emite de forma voluntaria impulsos breves de electricidad. El pez usa estos pulsos eléctricos para comunicarse con otros peces eléctricos y detectar su entorno al pintar una «imagen eléctrica» para ayudar a la navegación.
«Los pulsos eléctricos propios del pez causan grandes respuestas neurales que interfieren con el sistema pasivo –dice Sawtell en un comunicado–. Nuestro trabajo muestra cómo los cambios en las conexiones neuronales producen imágenes negativas para cancelar esta interferencia».
Aunque los estudios anteriores especularon que el pez elefante podría generar estas imágenes negativas, no existían pruebas para demostrar directamente su importancia funcional. Pero los autores demostraron que administrar un fármaco que interfiera con la formación de imágenes negativas cegaba en esencia a los peces con respecto a las señales eléctricas externas.
«Una parte importante de este trabajo ha sido la integración de enfoques experimentales y teóricos para comprender los circuitos neuronales –destaca Sawtell–. A partir de aquí, estamos tratando de tomar las lecciones que hemos aprendido de los peces eléctricos y aplicarlas a los sistemas relacionados, incluido el cerebelo de mamíferos y el sistema auditivo».
Fuente: europapress.es