El volcán islandés Katla entró en erupción por última vez en 1918 y actualmente está enterrado bajo un glacial. Sin embargo, unas recientes mediciones de los gases que está emitiendo han sorprendido a un equipo de científicos, ya que sus datos indican que se ha convertido en una de las mayores fuentes volcánicas de dióxido de carbono (CO2) del planeta.
“A través de mediciones aéreas de alta precisión y modelos de dispersión atmosférica, demostramos que Katla, un volcán subglacial altamente peligroso que entró en erupción hace 100 años, esEl volcán islandés Katla entró en erupción por última vez en 1918 y actualmente está enterrado bajo un glacial. Sin embargo, unas recientes mediciones de los gases que está emitiendo han sorprendido a un equipo de científicos, ya que sus datos indican que se ha convertido en una de las mayores fuentes volcánicas de dióxido de carbono (CO2) del planeta.
“A través de mediciones aéreas de alta precisión y modelos de dispersión atmosférica, demostramos que Katla, un volcán subglacial altamente peligroso que entró en erupción hace 100 años, es una de las mayores fuentes volcánicas de CO2 en la Tierra, liberando hasta un 5% del total de las emisiones volcánicas mundiales”, advierten los autores del estudio, que ha sido publicado en Geophysical Research Letters.
Estos resultados se obtuvieron tras analizar los datos de emisiones recogidos durante varios vuelos de investigación realizados entre 2016 y 2017, y en los que se detectó una columna de gas rica en dióxido de carbono.
Según sus cálculos, el flujo de CO2 de Katla es de entre 12.000 y 24.000 toneladas diarias, lo que supone “hasta un orden de magnitud mayor que las estimaciones previas de la liberación total de CO2 de las fuentes naturales de Islandia”.
La emisión de unas 12.000 toneladas diarias supone que al cabo del año este volcán habría emitido más de 4 millones de toneladas. Si comparamos el dato con lo que emite un turismo promedio, que según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU es de unos 4,6 toneladas al año, el resultado es que Katla está emitiendo prácticamente lo mismo que un millón de vehículos.
El dato es llamativo, por lo que los investigadores insisten en que “se necesitan urgentemente más mediciones” que ayuden a determinar si Katla es excepcional, “o si hay una contribución significativa y no reconocida a las emisiones mundiales de CO2 procedente de fuentes naturales”.
Lejos de las emisiones humanas
El objetivo de los investigadores es determinar de la mejor forma posible las emisiones que provienen de los volcanes y otras fuentes naturales de CO2, para poder realizar evaluaciones climáticas más precisas.
“Los volcanes son una fuente natural clave de CO2 atmosférico, pero las estimaciones de la cantidad total de CO2 que emiten se basan en un pequeño número de volcanes activos”, aseguran los investigadores, por lo que recomiendan “investigaciones urgentes de otros volcanes subglaciares en todo el mundo”.
Sin embargo, es importante destacar que las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de los volcanes siguen estando muy lejos de las generadas por el ser humano.
Las estimaciones realizadas en los últimos años han determinado que las emisiones de los volcanes son de poco menos de 700 millones de toneladas de CO2 al año, muy lejos de los más de 30.000 millones de toneladas que emite la humanidad.
Ni siquiera las grandes erupciones volcánicas, que pueden expulsar enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, suponen una aportación comparable a la de la humanidad en su conjunto.
La erupción del Monte Santa Helena en 1980 liberó aproximadamente 10 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera en sólo 9 horas. Sin embargo, en la actualidad, la humanidad apenas necesita poco más de un par de horas para producir la misma cantidad de gases.
Un volcán peligroso
Katla es uno de los volcanes más explosivos y peligrosos de Islandia, aunque ahora mismo esté enterrado bajo bajo una enorme montaña de hielo, el glaciar Mýrdalsjökull. Durante los últimos 1000 años ha sufrido 16 erupciones, lo que supone una cada aproximadamente 60 años.
La última erupción de este volcán fue hace ya 100 años y, además, se sabe que las probabilidades de erupción aumentan si recientemente se ha producido otra en el Eyjafjallajökull. Precisamente este volcán entró en erupción en 2010 y las cenizas que expulsó colapsaron el tráfico aéreo en Europa. una de las mayores fuentes volcánicas de CO2 en la Tierra, liberando hasta un 5% del total de las emisiones volcánicas mundiales”, advierten los autores del estudio, que ha sido publicado en Geophysical Research Letters.
Fuente: lasexta.com