Es poco probable que los osos polares se adapten a veranos más largos. Más tiempo varados en tierra firme significará más riesgo de morir de hambre para estos emblemáticos animales del Ártico.
Es la conclusión de un estudio que científicos de la Universidad de Washington State publican en la revista ‘Nature Communications’.
Se ha especulado que los osos polares pueden adaptarse a las temporadas más largas sin hielo debido al calentamiento global actuando como sus parientes los osos pardos: descansando o comiendo alimentos de tierra firme. Para analizar esta cuestión, se hizo un seguimiento durante tres semanas de verano a 20 osos polares.
Así, vieron cómo estos probaron diferentes estrategias para mantener las reservas de energía, incluido el descanso, la recolección de basura y la búsqueda de alimento. Sin embargo, casi todos perdieron peso rápidamente: en promedio alrededor de un kilo por día. «Los osos polares no son osos pardos con batas blancas. Son muy, muy diferentes», apuntan los investigadores en un comunicado.
No obstante, los osos polares machos adultos pueden alcanzar 3,3 metros de largo y pesar 680 kilos en comparación con los 2,70 metros y 360 kilos de los osos pardos. Para mantener esa gran masa, los osos polares dependen de la grasa de las focas, rica en energía, que capturan mejor en el hielo.
Se sabe poco sobre el gasto de energía y el comportamiento de los osos polares cuando están confinados en tierra, por lo que los investigadores utilizaron collares con cámaras de vídeo y GPS para rastrear a los osos polares que veraneaban en la región occidental de la Bahía de Hudson en Manitoba, Canadá.
Querían ver qué comían y hacían los cazadores de hielo especializados durante el largo tiempo que permanecían en tierra cuando su presa preferida, las focas, estaba fuera de su alcance. Los investigadores también pesaron a los osos antes y después del período de observación y midieron su gasto energético.
Muchos de los osos polares machos adultos simplemente se tumban para conservar energía, quemando calorías a un ritmo similar al de la hibernación. Otros buscaban activamente alimento y consumían cadáveres de aves y caribúes, así como bayas, algas marinas y pastos.
En total, los investigadores encontraron un rango cinco veces mayor en el gasto de energía desde un hombre adulto que descansaba el 98% del tiempo hasta el más activo que recorría 330 kilómetros. Algunas hembras adultas pasaban hasta el 40% de su tiempo buscando comida. Sin embargo, toda esa actividad no dio sus frutos. Los alimentos terrestres les dieron algún beneficio energético, pero en última instancia, los osos tuvieron que gastar más energía para acceder a esos recursos.
El estudio se centró en la extensión más meridional de la zona de distribución de los osos polares en el oeste de la Bahía de Hudson, donde el calentamiento climático probablemente esté afectando a los osos a un ritmo más rápido que otras regiones árticas. La población de osos polares en la zona ya ha disminuido aproximadamente un 30% desde 1987. Este estudio indica que los osos polares en todo el Ártico corren el riesgo de morir de hambre a medida que continúa creciendo el período sin hielo.
Por otra parte, los investigadores apuntan a que como los osos polares se ven obligados a llegar a tierra antes, se reduce el período en el que normalmente adquieren la mayor parte de la energía que necesitan para sobrevivir. Todo ello lleva a pensar que veranos más largos pondrán en peligro a esta especie.
Fuente: europapress.es