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Reciclado de basura electrónica, negocio aún por explotar

Las dos variables que más influyen en la decisión de reciclar la basura eléctrica y electrónica son su contenido de oro y el volumen de desechos de cada producto.

Así lo determinó un análisis económico que estudió el impacto de las materias primas en el mercado, el peso de los materiales, la pureza de los minerales obtenidos en el proceso de reciclaje, el volumen de los desechos y el porcentaje de recolección.

Anualmente se producen en el mundo entre 20 y 50 millones de toneladas de esta basura. Para determinar los principales retos y oportunidades en la industria de su reciclaje los investigadores analizaron las posibles ganancias asociadas a 14 de tales productos como teléfonos inteligentes, pantallas de televisión y monitores LED y LCD.

El estudio, que se publicará en la edición impresa de Renewable and Sustainable Energy Reviews de noviembre, determinó que existen 41 materiales con potencial de reciclaje en la basura electrónica.

 El número máximo de materiales que se encuentra en algunos productos es 14. El mínimo es uno. En cuanto a metales preciosos, el máximo número presente es cuatro. Otros carecen de este tipo de materias primas.

 “La recuperación de materiales depende de los precios de mercado, que son muy volátiles”, señala el estudio. En el caso de los teléfonos celulares se evidenció que el 56 por ciento de ganancias provienen del oro, 15 del paladio, 7 de platino y cobalto, 5 de plata y 3 de plásticos y cobre.

 Los países en desarrollo enfrentan un reto adicional: son destinatarios de cerca del 50 por ciento de la basura electrónica que producen los países desarrollados. Esta transferencia ilegal, de la que no hay cifras concretas, suele ocurrir enmascarada en “ayudas humanitarias” o productos usados, destaca el estudio.

 Para Florencia Leal, directora de la Cámara de Electrodomésticos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, cerrar el ciclo de vida de los productos eléctricos y electrónicos es una necesidad pero aún persisten muchos obstáculos.

 “Hay un trabajo por hacer entre empresas, autoridades políticas y con una población más educada y consciente del problema. También elevar los criterios de calidad de importación para que no entre basura electrónica”, explica a SciDev.Net.

Julio Rozo, representante en América Latina del Centro de Consumo y Producción Sostenible, y director de la Academia de Sostenibilidad de Colombia, dice que los países europeos han entendido el valor de la basura electrónica.

“En nuestros países en cambio, el problema es que no tenemos datos. Un reciente estudio de crecimiento verde para Colombia recomendó recopilar información para tomar decisiones inteligentes, y advirtió  que la basura electrónica podría ser una  oportunidad de negocios”, subraya.

Fuente: m.scidev.net

 

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