Grupos ambientalistas demandaron este martes al Gobierno del presidente Donald Trump, alegando que su plan de recuperación para el lobo mexicano conduciría a la extinción de uno de los mamíferos más amenazados de América del Norte.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos lanzó un programa en noviembre que, según dijo, restauraría la población del lobo mexicano a un nivel suficiente para la supervivencia en Arizona, Nuevo México y México en 2043, lo que permitiría eliminarlo de la lista de especies en peligro de extinción.
Pero el grupo WildEarth Guardians argumentó en una demanda que el plan agravaría el peligro que afronta la subespecie más pequeña y rara del lobo gris que vaga por partes del oeste y medio oeste de Estados Unidos.
“Este no es un plan de recuperación, es un plan de extinción del lobo mexicano”, dijo este martes por teléfono Chris Smith, de WildEarth Guardians, que al igual que otros organismos conservacionistas quieren que haya un nuevo programa.
El lobo mexicano había desaparecido de su ambiente natural cuando fue declarado en peligro de extinción en 1976 y ha tenido problemas para recuperarse pese a décadas de esfuerzos de conservación.
Los ecologistas dicen que el programa de recuperación del gobierno estadunidense aleja a los lobos de su hábitat natural en el Parque Nacional del Gran Cañón en Arizona y las Montañas Rocosas del Sur, lo que lo llevará al aislamiento geográfico y la endogamia, que a su vez disminuiría el tamaño y la salud de las manadas.
Los conservacionistas acusaron al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de someterse a las presiones de los ganaderos y de grupos de caza, que ven a los lobos como una amenaza para el ganado y los animales de caza preferidos, en lugar de usar la ciencia para determinar los niveles de población y otros factores clave para la supervivencia de la especie.
Según el plan oficial, el lobo mexicano -con una población de 113 ejemplares en Arizona y Nuevo México y de 31 en México-, sería elegible para su exclusión de la lista en 2043 siempre que su número alcanzara un promedio de al menos 320 ejemplares en los dos estados y 200 en México durante más de ocho años, suponiendo una tasa de crecimiento constante en ese período.
Fuente: Reuters