Cuando los pulpos hembra ponen sus huevos, saben que será la primera y última vez que lo harán
Uno de los más conmovedores ejemplos de maternidad en el reino animal se da en los pulpos. La hembra deja de alimentarse para cuidar sus huevos y resiste hasta que estos eclosionen. Terminada esta fase, la madre da su último aliento.
En efecto, cuando encuentran una guarida adecuada, los pulpos hembra pueden colocar hasta 300.000 huevos. Desde ese momento, la madre se coloca debajo y se dedica a acariciarlos, soplar agua y oxigenarlos, al tiempo que ahuyenta a cualquier depredador. Seguirá esto durante meses, en los cuales no se alimentará y resistirá hasta que su descendencia rompa su cascarón.
Las especies de aguas poco profundas tienen un periodo de incubación que dura entre uno y tres meses. En el caso de las de zonas más frías y oscuras, los tiempos aumentan significativamente.
El caso más extremo registrado se publicó en la revista PLOS ONE. Un estudio dirigido por el Instituto de Investigación Monterey Bay Aquarium (EE. UU.) reveló que una hembra de la especie Graneledone boreopacifica incubó sus huevos durante 53 meses a 1.400 metros de profundidad.
Los investigadores observaron cómo el animal se adhería a una zona rocosa para proteger los huevos que estaba incubando en el cañón submarino de Monterey. En esos cuatro años y medio, los científicos inspeccionaron el lugar hasta 18 veces.
“Cada vez que regresábamos, encontrábamos al mismo pulpo aferrándose a la cara vertical de la roca con los brazos doblados, cubriendo sus huevos”, relataron.
Durante sus visitas (2007-2011), no la vieron alimentarse en ningún momento. Cuando se acercaban cangrejos o camarones, en vez de cazarlos los ahuyentaba para que se alejen de sus huevos.
Finalmente, la hembra consiguió que eclosionaran al menos 160 huevos, pero pagó con su vida.
Fuente: larepublica.pe