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Panda rojo: ¿oso, mapache o especie única?

Si alguna vez viste un panda rojo —con su denso pelaje rojizo, cara blanquecina y larga cola anillada— seguramente te preguntaste: ¿es este curioso animal un pequeño oso, un pariente de los mapaches o algo completamente distinto? Aunque comparte nombre y hábitat con el popular oso panda gigante, el panda rojo encierra una historia evolutiva mucho más compleja y sorprendente.

Primeras confusiones y descubrimientos

El panda rojo (Ailurus fulgens) fue descrito por primera vez en 1825, casi medio siglo antes del descubrimiento del panda gigante (Ailuropoda melanoleuca).

Los primeros naturalistas europeos quedaron fascinados ante este mamífero nativo de los bosques templados del Himalaya y el suroeste de China, pero su clasificación científica generó debate desde el inicio.

Su tamaño pequeño —similar al de un gato doméstico—, rostro redondeado y astuta habilidad para trepar recordaron a los investigadores a los mapaches (Procyonidae), grupo con el que inicialmente se lo relacionó.

Sin embargo, sus poderosas garras y cierto parecido con los osos pequeños también llevaron a considerarlo parte de la familia de los úrsidos.

Familiares, pero no tanto

Durante siglo y medio, taxónomos debatieron si el panda rojo era más cercano a los mapaches, a los osos o, incluso, si merecía su propia familia taxonómica. Los avances en la biología molecular durante el siglo XX permitieron comparar su ADN con el de otros carnívoros; los resultados fueron reveladores.

Los análisis genéticos mostraron que, en realidad, el panda rojo no es cercano ni al panda gigante ni al mapache.

Es tan distinto de ambos que se le considera el único miembro viviente de su propia familia: Ailuridae. Su linaje es antiguo y comparte un grupo más amplio con las comadrejas, nutrias y mofetas, dentro del suborden Caniformia.

¿Por qué tanta confusión?

Parte de la confusión viene de la evolución convergente. Tanto el panda rojo como el panda gigante desarrollaron, de manera independiente, un «falso pulgar»—una extensión ósea en la muñeca—que les ayuda a manipular el bambú, su alimento principal.

Sin embargo, su similitud es solo superficial y motivada por la dieta, no por parentesco.

Un emblema en peligro

Más allá de su insólito linaje, el panda rojo enfrenta un futuro incierto. La deforestación, el comercio ilegal y la fragmentación de su hábitat han reducido su población silvestre a menos de 10.000 individuos, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Cada vez son más los esfuerzos de conservación y cría en cautiverio en Asia y el resto del mundo para evitar su desaparición.

A pesar de siglos de misterio, hoy la ciencia es clara: el panda rojo es una especie única, testigo viviente de la diversidad evolutiva de los mamíferos.

Ni oso, ni mapache: es un fascinante sobreviviente de un linaje propio, tan singular como los bosques de Asia que todavía lo acogen.

¿Sabías que? El nombre en inglés del panda rojo, “Red Panda”, precedió al del panda gigante, por lo que originalmente este último fue nombrado en referencia al primero. Una curiosidad más en la historia de un animal verdaderamente extraordinario.

Fuente: abc.com.py

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