Las tortugas laúd (Dermochelys coriacea) se consideran en peligro en Estados Unidos y a escala global son vulnerables desde 2013. Lo mismo ocurre con las tortugas boba (Caretta caretta), que se encuentran amenazadas y próximamente podrían estar en peligro. Para ayudar a su conservación, determinar el sexo de las crías es, según los expertos, una tarea importante, pero no es tan fácil como podría parecer.
Su anatomía sexual no es físicamente aparente hasta pasados varios años. Además, como no tienen un cromosoma X o Y, el sexo se define durante el desarrollo por el ambiente de incubación. Esto hará que un embrión se desarrolle como macho o hembra. Las temperaturas más cálidas de la arena producen más hembras mientras que las frías producen más machos, por ejemplo.
Con el aumento global de las temperaturas y el cambio climático, los nidos de tortugas marinas tienden a generar más hembras, lo que podría aumentar su riesgo de extinción. A pesar de ello, hasta ahora pocos estudios científicos han permitido verificar de manera individual el sexo de las tortugas marinas y compararlo con los datos de incubación.
Para mejorar los métodos actuales de identificación, un equipo de la Florida Atlantic University (Estados Unidos) ha modificado un enfoque inmunohistoquímico, una prueba de laboratorio que emplea anticuerpos para identificar ciertos antígenos en muestras de tejido y que es usado en tortugas de agua dulce, y ha comprobado su efectividad en tortugas boda y laúd. Los resultados, que se han publicado en la revista The Anatomical Record, demuestran que este sistema proporciona un paso más fiable hacia la determinación del sexo.
“Este sistema minimiza las deficiencias de otras técnicas, especialmente en el caso de las tortugas laúd. Además, aporta confianza y aumenta la utilidad de las muestras disponibles, identifica el sexo de la tortuga sin necesidad de sacrificar especies en peligro y no hace suposiciones sobre la relación entre las condiciones de incubación y la proporción de sexos”, explica Jeanette Wyneken, coautora del trabajo y científica en la universidad estadounidense.
Sexo determinado por una proteína
Los investigadores plantearon la hipótesis de que una proteína de unión al ácido ribonucleico (ARN), que se sabe que responde a la temperatura, puede mostrar una expresión génica diferencial en tortugas marinas cuyo sexo ya está determinado y las que aún no son claramente machos o hembras.
Para evaluar la utilidad de esta nueva técnica, los científicos probaron la expresión de esta proteína con un análisis inmunohistoquímico (IHC, por sus siglas en inglés) en tortugas boba y en otras muestras posteriores a la cría porque el sexo de esa especie puede ser identificado de manera fiable a través de laparoscopia e histología estándar.
Los resultados mostraron un éxito del 93 por ciento entre el método IHC y las técnicas establecidas de identificación sexual para las tortugas boba. En tortugas laúd, los investigadores obtuvieron un éxito del 100 por ciento.
Para el equipo de investigación, este método es un gran avance en la identificación del sexo de las tortugas laúd, una especie cuyo sistema reproductivo se diferencia más lentamente que en otras especies de tortugas marinas.
Fuente: SINC