Una nueva especie de musaraña, con la cola cubierta de pelo denso en lugar de escamas visibles, ha aparecido a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar, en la cima de una montaña en Filipinas.
La especie, a la que han denominado ‘Palawanosorex muscorum’ o, más informalmente, musaraña de musgo de Palawan, fue identificada por un equipo de científicos, incluido Larry Heaney, conservador de mamíferos de Negaunee en el Field Museum de Chicago (Estados Unidos) y se describe en un artículo en ‘Journal of Mammalogy’.
Esta nueva especie puede dar algunas pistas sobre qué hace que Filipinas sea un entorno ideal para los mamíferos. El país está repleto de biodiversidad: 657 especies de aves deambulan y vuelan por las 7.641 islas del país, y más de 2.000 especies de peces nadan en los mares circundantes. Pero más allá de estas criaturas picudas y escamosas, Filipinas es también el hogar de la mayor concentración mundial por milla cuadrada de especies únicas de mamíferos.
Descubierta por primera vez en 2007 por el fallecido Danilo ‘Danny’ Balete, líder de la investigación de campo y asociado de investigación en el Museo Field, la musaraña de musgo de Palawan tiene un hocico delgado y puntiagudo y un pelaje oscuro. A diferencia de otras musarañas, su cola está cubierta de pelo denso en lugar de escamas visibles.
Con patas anchas y patas largas, la musaraña de Palawan excava en el humus en busca de su comida favorita: las lombrices. El autor principal del artículo, Rainer Hutterer, analizó estos rasgos anatómicos para determinar que la musaraña de musgo de Palawan era una especie distinta.
Heaney enfatiza que Filipinas es un semillero para la biodiversidad de mamíferos, por lo que encontrar la musaraña de musgo de Palawan no impresionó exactamente a él ni a su equipo. “En muchos sentidos, encontrar esta especie era exactamente lo que esperábamos”, afirma.
Sin embargo, para el coautor Jacob Esselstyn, del ‘LSU Museum of Natural Science’, “proporciona algunas pistas sobre cómo los pequeños mamíferos han evolucionado y se han movido entre Asia y África”. En otras palabras, la musaraña de musgo de Palawan podría ayudar a los científicos a descubrir cómo llegaron las muchas especies de mamíferos de Filipinas en primer lugar.
La casa de la musaraña de musgo de Palawan es un semillero dentro de un semillero. El monte Mantalingahan, una montaña en la isla de Palawan en las Filipinas, es el hábitat de tres especies únicas de mamíferos, incluida la musaraña. “Hay países enteros que no tienen tres especies de mamíferos únicas, así que el hecho de que haya tres especies en una montaña, en una isla, en un país, es realmente importante”, enfatiza Heaney.
Cimas aisladas con centros de biodiversidad con múltiples ecosistemas
Pero la cuestión es qué explica esta riqueza de especies. El monte Mantalingahan, señala Heaney, es una “isla del cielo”. Las “islas del cielo” son fenómenos ecológicos reales: cimas de montañas aisladas que albergan distintos hábitats separados de las tierras bajas y las montañas vecinas. Estas “islas celestes” crean centros de biodiversidad que permiten que múltiples ecosistemas (y, por extensión, una gama más amplia de especies) coexistan dentro de un área geográfica única.
Estas “islas del cielo” podrían ayudar a explicar por qué la biodiversidad de mamíferos prospera específicamente en Filipinas. “Podría haber muchas especies nuevas en estas regiones montañosas altas en Filipinas, pero debido a que son tan altas y difíciles de alcanzar, el conocimiento de su existencia es terriblemente limitado”, dice.
Aprender qué especies habitan en estas montañas, señala Heaney, no solo es útil para zoólogos y ecólogos. Para aquellos que viven y trabajan en Palawan, que constituye la provincia más grande de Filipinas, proteger la musaraña de musgo de Palawan y el monte Mantalingahan está aún más cerca de casa: es una cuestión de seguridad personal y económica.
El monte Mantalingahan, además de ser una “isla del cielo”, funciona como una cuenca crucial, regulando el flujo de agua en Palawan a través de procesos naturales. En el caso del monte Mantalingahan, el humus, el suelo montañoso de baja densidad que atraviesa la musaraña de musgo de Palawan, actúa como una esponja, reteniendo el agua de las frecuentes lluvias que tienden a experimentar los lugares de gran altura.
La deforestación de estas “islas del cielo” tiene graves repercusiones. “De ahí proviene la mayor parte del agua de la que dependen las personas en las tierras bajas”, advierte Heaney. “En áreas deforestadas, cuando un tifón golpea, mata a miles de personas y animales, y destruye edificios –añade–. Y si el agua no se libera lentamente de las montañas, tendrá menos en la estación seca, lo que provocará sequía. Si quieres proteger sus cuencas hidrográficas, hay que proteger su hábitat”.
Basada en la agricultura, la pesca y el turismo, la economía de Palawan depende en gran medida del flujo continuo de agua, desde donde vive la musaraña de Palawan a donde viven casi tres cuartos de millón de personas. Hoy en día, gran parte del hábitat de la musaraña de musgo de Palawan permanece inalterado por la actividad humana. Y tanto la musaraña como el humano se pueden beneficiar de mantenerlo así, según los autores.
Fuente: europapress.es