La mantis es un insecto místico y elegante, experto en el camuflaje y que ha inspirado a los practicantes de artes marciales en muchas de sus técnicas, asegura la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Descubre por qué y conoce más de este increíble animal que habita en los jardines de México
La mantis y el arte de la guerra
Artes marciales como el Kung Fu de la Mantis Religiosa del norte y el Kung Fu de la Mantis Religiosa del Sur, son dos estilos de autodefensa que se encuentran inspirados en los mántidos, según el sitio El Rincón de las Artes Marciales.
El estilo “Mantis Religiosa” es uno de los más tradicionales en el wushu, entre los más famosos están “la mantis religiosa de siete estrellas” y “la mantis religiosa de flor de ciruelo”.
- En estas técnicas marciales, los practicantes buscan imitar los movimientos del insecto
Los mántidos se caracterizan por su increíble capacidad de mimetismo, ya que pueden adoptar distintas formas de hojas, ramas, hormigas y flores, incluso algunas pueden confundirse con orquídeas, asegura Enrique Mariño Pedraza, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Otra de sus capacidades para despistar al enemigo es la de ser dicroico, es decir, es capaz de adoptar múltiples coloraciones que los protegen de sus depredadores. De acuerdo con Mariño Pedraza, en su etapa de adultos, independientemente de su género, pueden tener más de una coloración, que puede ser verde, parda, grisácea, rojiza o pajiza.
Al adoptar múltiples formas y tonalidades pueden efectuar una captura segura de sus presas o evitar a sus depredadores, explica el especialista del Departamento de Zoología de la UNAM.
Basándose en el mimetismo, utilizan la técnica de la emboscada para atrapar a sus presas; su primer par de patas prensiles están adaptadas para la sujeción; tienen espinas y ganchos capaces de abrirse y cerrarse en cinco milésimas de segundo, lo que hace efectiva la captura de sus víctimas.
Mariño dice que los mántidos han tenido un carácter enigmático y misterioso para el hombre, lo que ha provocado que desde hace siglos sean representados en obras literarias o artísticas, y más recientemente hayan sido objeto de estudio en diversos campos de la ciencia como la taxonomía y fisiología etología, entre otros.
Mitos y verdades de las mantis religiosas
Un mito en torno a las mantis es creer que son venenosas; sin embargo, el experto asegura que no representan ningún peligro para el hombre. Por el contrario, debido a sus cualidades para la caza, a principios del siglo XX se introdujeron a Estados Unidos las especies europea (Mantis religiosa) y china (Tenodera aridifolia sinensis), para el control biológico de plagas.
Posteriormente, la asiática siguió siendo utilizada como predadora de jardines, pero al alimentarse indiscriminadamente, arrasó con insectos tanto perjudiciales como benéficos; por lo tanto, los resultados no fueron del todo satisfactorios, indicó.
En cuanto a sus hábitos de canibalismo, éste es verdad. Los mántidos suelen cometerlos ocasionalmente, ya que cuando emergen las ninfas, sus propios hermanos se convierten en el primer alimento que tienen a la mano.
En cuanto al canibalismo sexual, Mariño Pedraza apuntó que durante, o después de la cópula, la hembra suele arrancar la cabeza del macho, pero ésta es sólo una característica de la Mantis religiosa, aunque algunas otras especies la presentan cuando están en cautiverio.
Otra verdad sobre este insecto, es que sus parientes más cercanos son las cucarachas y las termitas, por sus características morfológicas, asegura la Conabio.
¿Cómo son las mantis?
Generalmente, los mántidos son de gran tamaño; algunos alcanzan los 17 centímetros, aunque también los hay de un centímetro de longitud. Las hembras son más grandes, pueden medir el doble que los machos.
Al igual que todos los insectos, el especialista dice que el cuerpo de la mantis consta de tres segmentos: cabeza, tórax y abdomen.
Tiene la cabeza en forma triangular, posee dos grandes ojos compuestos y en el centro presenta tres ojos primitivos u ocelos; además, un par de antenas filiformes o plumosas y un aparato bucal masticador, que se caracteriza por sus resistentes mandíbulas.
Es capaz de girar 180° la cabeza debido a que está soportada por un cuello flexible, que le permite vigilar un campo visual de 360 grados.
En el tórax presenta dos patas prensiles con las que captura a sus presas, y los dos pares restantes son ambulatorios; el par metatoráxico cuenta con un órgano auditivo capaz de detectar los ultrasonidos que son empleados por sus depredadores nocturnos, como murciélagos.
Según el experto, las mantis son fácilmente reconocibles por sus patas anteriores raptoras, las cuales les sirven para sujetar o atrapar, y que, curiosamente posicionan de tal forma que parece que están rezando, de ahí que comúnmente sean conocidas como “rezaderas”, “religiosas” o “mantis religiosas”.
- “Mantis” es un término utilizado por los antiguos griegos y significa profeta o adivino”.
También tienen uno o dos pares de alas, el primero de naturaleza coriácea y reducido a escamas dorsales, y las segundas, membranosas y más desarrolladas; su abdomen es alargado con ocho segmentos, en el caso de las hembras, y seis, en los machos, dice el experto.
Entre los mántidos se presenta el dimorfismo sexual, siendo la hembra de mayor tamaño y robustez, pues su abdomen debe estar preparado para albergar los huevos y tener una reserva de proteínas durante la procreación y desarrollo.
Dependiendo de la especie, la hembra puede poner entre 60 y 400 huevos, que son depositados en una masa espumosa producida por sus glándulas abdominales.
¿Qué comen las mantis?
Está armada con poderosas armas para emboscar e inmovilizar a sus víctimas generalmente pequeños insectos. De hecho, son considerados depredadores voraces.
Se alimentan de víctimas vivas como moscas, pulgones e invertebrados en general. En casos extraordinarios, algunos de gran tamaño pueden comer ranas pequeñas, serpientes, colibríes o ratones, y también se ha descubierto que pueden complementar su ingesta con polen, sostiene Mariño Pedraza.
¿Dónde habitan las mantis?
La mayoría se puede encontrar en regiones tropicales y subtropicales, aunque también es posible hallarlos en bosques secos, desiertos y zonas templadas.
De acuerdo con la UNAM, en el país se han reportado alrededor de 50 especies de mántidos de las casi 2 mil 500 conocidas a nivel mundial.
En la región Neotropical, donde se ubica México, se han registrado 474 especies distribuidas en 91 géneros y seis familias; específicamente en nuestro país se han reportado 50 especies pertenecientes a 21 géneros y cinco familias, distribuidas en 16 estados como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Tabasco, entre otros.
Fuente: unotv.com