Debido a la demanda de tabaco, una clase de palmera que era fuente de nutrientes para los simios fue exterminada. Ahora se alimentan de guano con diversos virus
Es probable que la próxima amenaza zoonótica que desafíe a la humanidad surja debido a la deforestación ocasionada por el ser humano. Un estudio reciente publicado en Communication Biology indica que algunos simios africanos han comenzado a consumir heces de murciélago a raíz de la desaparición de sus fuentes alimenticias habituales. Este comportamiento inducido incrementa la exposición de los primates a los virus transmitidos por los quirópteros, lo cual, en última instancia, eleva el riesgo de mutación y transmisión de enfermedades de animales a humanos.
En la Reserva Forestal de Bundongo, en Uganda, investigadores observaron que los chimpancés buscan deliberadamente heces secas de murciélago en cavidades de árboles para ingerirlas. El guano de estos mamíferos voladores es conocido por los biólogos por su potencial peligro para otros animales e incluso para los humanos. Los científicos no encontraban explicación para que un primate optara por alimentarse de excremento ajeno.
En el transcurso de dos años, se documentó que los simios ingirieron guano en al menos 92 ocasiones, distribuidas en 71 días distintos. Análisis de las heces de murciélago revelaron altas concentraciones de sodio, potasio, magnesio y fósforo, nutrientes vitales para los seres vivos. Sin embargo, también se identificaron 27 virus eucariotas en el estiércol, incluido un betacoronavirus inexplorado. De manera abrupta, la población primate de Uganda estaba ingiriendo agentes patógenos foráneos en su lucha por la supervivencia.
El tabaco, la palma y la falta de minerales
Paralelamente al surgimiento del comportamiento anómalo de los simios, se registró una drástica disminución de la palmera Raphia farinifera en las proximidades de Uganda. Dicho vegetal constituye una fuente natural de minerales dietéticos esenciales para la fauna del ecosistema. Entre 2006 y 2012, productores locales de tabaco exterminaron la palma de rafia en busca de sus hojas, utilizadas para envolver sus productos.
Los investigadores proponen la siguiente hipótesis: la drástica disminución de la palma, provocada por la elevada demanda de la industria tabacalera, ha forzado a chimpancés, monos y hasta antílopes a buscar fuentes alternativas de minerales. La opción más accesible y cercana es el guano de murciélago. El problema, como afirma los investigadores, es que los patógenos tienen el potencial de iniciar una crisis de salud pública. En un escenario plausible, un niño podría encontrar un chimpancé muerto o un adulto podría consumir carne de un simio infectado, lo que facilitaría el salto de un virus zoonótico a humanos, subrayan los especialistas.
De momento no se han registrado afectaciones entre la población de primates que se alimenta de heces de murciélago, pero los investigadores se mantienen en alerta. “Comprender las cadenas causales e identificar sus vínculos es prometedor para esclarecer la ecología de las enfermedades y mejorar la prevención de las zoonosis”, finaliza el artículo.
Zoonosis y antroponosis
La zoonosis es el proceso mediante el cual un virus o bacteria residente en un animal logra infectar a un ser humano. Ejemplos sobresalientes incluyen el SARS-CoV-2, el MERS-CoV y el ébola, este último originado por el contacto directo con murciélagos. En situaciones críticas, el patógeno puede mutar para transmitirse de humano a humano, adquiriendo un potencial pandémico, como ocurrió con el virus que causa el covid-19.
El proceso inverso, donde un humano infecta a animales, se denomina antroponosis. Investigaciones recientes sugieren que los humanos infectan a los animales con mayor frecuencia, pero se percibe que la humanidad es siempre el depósito de enfermedades del reino animal debido a un sesgo antropocéntrico.
Fuente: es.wired.com