El pez cabeza de serpiente (Channa argus) es una especie nativa de China, Rusia y Corea, que se alimenta de peces, ranas y cangrejos de río y causa estragos en la cadena alimentaria de los hábitats que transita. Por ello, es considerada con una especie invasora digna de regulación.
Se descubrieron por primera vez en un estanque de Maryland en los Estados Unidos en 2002, y desde entonces se han encontrado también en el Potomac, Florida, Nueva York, Filadelfia, Massachusetts, California y Carolina del Norte.
A pesar de ser peces, los cabeza de serpiente huyen de las aguas que son demasiado ácidas, saladas o altas en dióxido de carbono, y pueden sobrevivir en la tierra hasta por 20 horas si las condiciones en estas son húmedas. Así lo reveló un estudio reciente publicado en la revista Integrative Organismal Biology.
Movimiento combinado de aletas pectorales y aleta axial
A principios de octubre, los funcionarios de recursos de vida silvestre en Georgia aconsejaron a los pescadores que mataran a los peces que observaran a la vista después de que encontrara uno de 28 pulgadas en el río Monongahela en Pittsburgh.
El autor del nuevo estudio, Noah Bressman, comentó que este pez se movía frenéticamente, haciendo movimientos de remo con sus aletas pectorales de manera casi simultánea a su aleta axial, que movía hacia adelante y hacia atrás. Según el investigador de Wake Forest, estos movimientos serían clave para que este peligroso pez logre desplazarse sobre superficies irregulares como la hierba, por ejemplo.
“Las cabezas de serpiente se mueven más rápida y erráticamente de lo que se creía. Los peces que estudiamos se movían súper rápido en superficies rugosas como el césped, y creemos que usan sus aletas pectorales para empujar estas superficies tridimensionales”.
Huyen de la acidez, salinidad y del dióxido de carbono
Él y su equipo recolectaron cabezas de serpiente de Maryland, donde es considerado una amenaza para otras especies dentro de la cuenca de la Bahía de Chesapeake, por medio de electropesca.
Los peces recolectados medían entre 1 y 27 pulgadas de largo, y al ser extraídos de afluentes del río Potomac y zanjas de drenaje adyacentes, habían estado expuestos a aguas en malas condiciones: elevados niveles de acidez, salinidad, estancamiento, hacinamiento, altas temperaturas, contaminación y poca luz.
Pero al estudiarlos a detalles, los investigadores encontraron que los cabeza de serpiente toleraban todas las condiciones mencionadas excepto dos: alta salinidad, acidez y demasiado dióxido de carbono.
Datos útiles para el control de la especie
Los autores indican que aún no se sabe con qué frecuencia las cabezas de serpiente abandonan las aguas en malas condiciones y llegan a la tierra para cruzarla e invadir otras vías fluviales para continuar con sus vidas. Según Bressman:
“Cuando se descubrieron cabezas de serpiente en tierra, causó mucho miedo porque no se sabía mucho sobre ellas. Claro, pueden moverse con bastante rapidez en tierra, y tienen dientes afilados. Pero puedes superarlos fácilmente y no te harán daño a ti, a tus hijos ni a tus mascotas”.
Por supuesto, estos hallazgos son importantes considerando el peligro que representan para otras especies de peces y anfibios. Conocer los ambientes más propicios, y a su vez los menos idóneos para su subsistencia, es de utilidad para manejar mejor sus poblaciones.
Fuente: tekcrispy.com