Los monos desempeñan un papel en la regeneración de las selvas tropicales degradadas, según comportamientos descritos en un estudio a largo plazo publicado en la revista ‘Scientific Reports’.
Las selvas tropicales almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono, producen oxígeno y proporcionan hábitats para muchas especies animales y vegetales. Si estos ecosistemas, que son tan importantes para el clima global y la biodiversidad, se destruyen, se recuperarán muy lentamente, si es que lo hacen.
Durante más de 20 años, los investigadores observaron dos especies de tamarino en la selva tropical del Perú. Estos animales se alimentan de frutas y evacúan las semillas no digeridas con sus heces. Los investigadores han estudiado la dispersión y germinación de las semillas, así como el crecimiento y el origen genético de varias plantas en un bosque que surgió de un antiguo pasto.
Por primera vez, pudieron probar que los monos tienen una influencia decisiva en la dispersión de las semillas desde el bosque principal original hasta el bosque secundario regenerador.
El estudio se llevó a cabo en la selva amazónica peruana en la Estación Biológica Quebrada Blanco, del Centro Alemán de Primates. Cerca de ella hay un área de aproximadamente cuatro hectáreas que se despejó y se usó como pasto para búfalos de agua entre 1990 y 2000. Después de que se abandonara el pastoreo, la selva tropical se volvió a desarrollar lentamente.
El equipo de Eckhard W. Heymann, científico en el Centro de Primates de Alemania y jefe del estudio, observó que los tamarinos con bigotes y con frentes negras se encontraban temporalmente en el bosque secundario.
“Queríamos averiguar si la dispersión de semillas por los monos tiene un efecto demostrable en la regeneración natural de los bosques”, avanza en un comunicado Eckhard W. Heymann.
Para determinar qué semillas se dispersaron desde el bosque principal al bosque secundario, los investigadores identificaron semillas de las heces de los monos y observaron su desarrollo en el bosque secundario.
Alrededor del diez por ciento de estas semillas provienen de plantas que crecen en el bosque principal y se dispersan en el bosque secundario. Una parte de estas semillas germinaron y las plántulas resultantes sobrevivieron durante al menos un año. Estas plántulas podrían ser asignadas a ocho especies de plantas diferentes, siete de las cuales solo se pueden encontrar como plantas adultas en el bosque principal.
Para verificar genéticamente los resultados, los científicos analizaron plántulas y plantas jóvenes del árbol neotrópico ‘Parkia panurensis’. Las semillas de este árbol se dispersan exclusivamente por tamarinos en el área alrededor de la estación de investigación DPZ.
Los investigadores extrajeron el ADN de las hojas de las plántulas y las plantas jóvenes que crecen en el bosque secundario y compararon el genotipo con los árboles de Parkia adultos en el bosque principal.
La mitad de estas plantas de semillero y las jóvenes podrían combinarse con once árboles progenitores en el bosque principal. Las distancias entre las plantas jóvenes y las progenitoras estaban exactamente en el rango en el que los tamarinos dispersan las semillas de Parkia.
“Nuestros datos muestran por primera vez que los tamarinos con bigotes y los tamarinos negros dispersan efectivamente las semillas del bosque principal al bosque secundario –dice Eckhard W. Heymann–. Pudimos demostrar que las semillas germinan y forman plantas jóvenes, lo que aumenta la diversidad de especies en el bosque secundario. Se ha demostrado que los tamarinos contribuyen a la regeneración natural de las áreas destruidas por los humanos”.
El estudio incluye datos recopilados en la estación de investigación DPZ desde 1994, pero no inicialmente en el contexto de la edición actual. “En ese momento, no esperábamos que el área de bosque talado se recuperara –enfatiza Eckhard W. Heymann–. Sin embargo, el estudio muestra cuán importantes son la recopilación de datos y las investigaciones durante un período de tiempo muy largo para poder hacer afirmaciones confiables sobre el desarrollo lento de los procesos ecológicos”.
Fuente: europapress.es