Los gecos pueden utilizar su lengua para diferenciar su propio olor del de otros miembros de su especie, según han demostrado investigadores de la Universidad de Berna.
Los hallazgos demuestran que estos reptiles son capaces de comunicarse socialmente, lo que significa que son más inteligentes de lo que se suponía hasta ahora.
El auto-reconocimiento es la capacidad de detectar estímulos que proceden de uno mismo. Las personas, y también algunos animales, podemos identificarnos visualmente cuando nos miramos en el espejo. Sin embargo, no todos los animales confían ante todo en su sentido de la vista.
Los gecos, y también otros lagartos y serpientes, utilizan la lengua para percibir las sustancias químicas, llamadas feromonas, de otros individuos. Por ejemplo, al trepar por una pared, los gecos se detienen de vez en cuando para mover la lengua. Esto les permite detectar posibles parejas o rivales. Pero, ¿pueden los gecos detectar también su propio olor y reconocerse por el olfato?
En un estudio publicado recientemente en la revista Animal Cognition, investigadores del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna se centraron en si los gecos Tokay pueden detectar las sustancias químicas de la piel que ellas mismas producen, y si pueden discriminar entre estas sustancias químicas y las de otros gecos del mismo sexo. Los experimentos confirmaron que las salamanquesas son capaces de hacerlo. Durante las pruebas, los animales se interesaron más por las sustancias químicas de la piel de otros gecos que por las suyas propias. Esto demuestra que las salamanquesas utilizan las feromonas para la comunicación social.
Experimento con bastoncillos de algodón
Durante el experimento, los investigadores presentaron a los gecos diversos olores en bastoncillos de algodón. Además de su propio olor, se trataba de olores de otros gecos u olores de control, como agua y menta. Cuando reaccionaban, los gecos mostraban dos tipos de comportamiento: por un lado, sacaban la lengua en dirección al olor del bastoncillo y, por otro, hacia el área circundante, su propio recinto doméstico.
Los investigadores interpretaron este comportamiento como una señal de que los gecos primero perciben el olor en el hisopo y luego lo comparan con su propio olor en las paredes del recinto. «Los gecos tienen que comparar con más frecuencia cuando se enfrentan al olor de otro geco, en comparación con su propio olor. Esto indica que conocen su propio olor», explica en un comunicado Birgit Szabo, autora principal del estudio de la División de Ecología del Comportamiento del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna.
En un experimento, el equipo también pudo demostrar que los gecos detectan y utilizan los olores de sus heces para distinguirse de los demás. También depositan feromonas en sus excrementos, por ejemplo, para marcar su territorio. Esto se debe a que los gecos tienen zonas preferidas para defecar, de modo que pueden comunicar su presencia, al igual que muchos mamíferos.
Las conclusiones del estudio demuestran que los gecos pueden comunicarse socialmente mediante sustancias químicas de su piel y excrementos, y que utilizan estas sustancias químicas para distinguirse de otros semejantes. «Los lagartos y reptiles suelen considerarse animales primitivos poco sociables. Debemos reconocer que los reptiles son más sociales e inteligentes de lo que pensábamos», afirma Birgit Szabo.
Fuente: EP