Los arrecifes de coral también se están resintiendo de las elevadas temperaturas que este mes de julio se vienen registrando en el sur de Florida (EE.UU.) no solo en tierra sino también en el mar, advierten las organizaciones que se dedican a protegerlos.
La Coral Restauration Foundation (CRF) indicó que las primeras señales del estrés por calor de los corales que han visto sus buceadores son “enfermedad y blanqueado severo” en lugares de la barrera coralina de Florida como Cayo Sombrero y las llamadas Rocas secas orientales, ambos en las islas (cayos) situadas entre el territorio continental de EE.UU. y Cuba.
Esta organización, que trabaja desde 2007 en respuesta a la casi desaparición de las especies de coral otrora dominantes en la barrera floridana debido a múltiples factores, no ha visto todavía señales de afectación en las granjas submarinas donde crían los corales con los que reemplazan a los muertos o enfermos.
No obstante, sus voluntarios han interrumpido la implantación de corales de granja en los arrecifes en restauración y además están llevando a instalaciones en tierra muestras de cada genotipo de dos especies de corales, Acropora cervicornis, coral cuerno de ciervo, y Acropora palmata, coral cuerno de arce.
“Tenemos el ojo vigilante puesto en nuestras granjas y sitios de restauración y estamos preparados para ajustar nuestra respuesta cuando sea necesario”, señaló CRF en un mensaje en redes.
La barrera coralina de Florida, que va desde el norte de Miami hasta Cayo Hueso, en el extremo sur del estado, es la tercera más extensa del mundo, y en origen estaba formada principalmente por las dos especies de coral ya mencionadas.
CRF afirma haber restaurado desde 2007 más de 17.500 pies cuadrados (0,16 hectáreas) de arrecifes mediante un método que consiste en cortar pedazos de coral sano del tamaño de un dedo y colocarlos en “árboles de coral” bajo el agua.
Cuando alcanzan el tamaño adecuado, en un periodo de seis a nueve meses, son implantados en las zonas de la barrera coralina que están en restauración.
Los arrecifes de la zona de los Cayos de Florida estaban en nivel 1 de alerta de blanqueamiento antes de la ola de calor, según la Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos (NOAA).
Otras organizaciones dedicadas a proteger los corales también han alertado en los últimos días sobre los efectos nocivos que puede tener el calentamiento de las aguas del Atlántico en un ecosistema tan vulnerable como la barrera coralina de Florida.
Además del blanqueado, que debilita a los corales, desde 2014 los arrecifes de Florida han sido devastados por una enfermedad que hace que pierdan su tejido y se petrifiquen, que ha afectado a más de 20 especies diferentes.
Dicha enfermedad, originada en Miami, se ha extendido por la mayor parte de los arrecifes de coral de Florida, así como los de países del Caribe.
En 2018, el Equipo de Rescate de Coral de Florida, dirigido por la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de este estado y un programa de la NOAA, comenzó a retirar corales de los arrecifes antes de que fuesen afectados por esta enfermedad y los distribuyó en acuarios públicos de Estados Unidos, a fin de salvaguardar la diversidad genética y ayudar en una futura restauración.
Un año después las autoridades ambientales de EE.UU. pusieron en marcha un programa “urgente” para detener la destrucción de siete arrecifes de coral “icónicos” de los Cayos de Florida debido a los huracanes, el calentamiento global, nuevas enfermedades y sobrecarga humana.
“Casi el 90 % de los corales vivos que alguna vez dominaron los arrecifes se han perdido”, indicó la agencia federal que calificó de “catastrófica” esta desaparición.
Los arrecifes coralinos no sólo protegen las costas del efecto de erosión a causa de las tormentas, al reducir el impacto de las olas, sino que además son el hábitat natural de más de 4.000 especies de peces y numerosas plantas marinas.
Fuente: EFE