No se veía uno de estos leopardos en su hábitat natural desde 1983, pero en 2019 sucedió el milagro
Hay muchas zonas inexploradas en el planeta Tierra, y aunque el ser humano tiene a su alcance la tecnología más puntera, todos los años se descubren especies de fauna y flora que no habíamos visto nunca antes. La Tierra sigue siendo salvaje en buena parte de su superficie, y por eso es tan difícil declarar a una especie en peligro de extinción. Normalmente, cuando el ser humano no ha tenido en contacto con una especie particular durante un extenso periodo de tiempo, empiezan las labores de localización y preservación para intentar conservarla. Cuando los equipos de búsqueda siguen sin localizar a la especie en la naturaleza, acaba declarándose extinta.
Es lo que le pasó al leopardo nebulosa taiwanés en 1990, que fue finalmente declarado como animal extinto. Este animal es un hermosísimo gran felino, con un agudo instinto depredador y una agilidad y velocidad remarcable. Se caracteriza por el hipnotizante patrón de su lomo, donde, en lugar de lunares negros como sus parientes africanos, tienen grandes manchas en el lomo, con diferentes tonalidades y degradados de su color natural de pelaje.
Los años anteriores al veredicto que lo declaró extinto, varios equipos de preservadores intentaron obtener fotografías o vídeos de este animal en la naturaleza, ya que nadie lo había visto desde 1983. Años de búsqueda no dieron sus frutos, y la humanidad perdió la esperanza de volver a ver a este bellísimo animal en su hábitat natural. Pero eso cambió en 2019, cuando unos exploradores observaron a varios especímenes en un remoto bosque dentro de la isla de Taiwan.
Una última esperanza para el leopardo de nebulosa
Este animal recibe varios nombres: pantera nebulosa, leopardo nublado, leopardo longibando… Eso es consecuencia de que se han registrado tres subespecies ligeramente diferentes, y cada una vive en una parte muy específica de Asia. La «Neofelis nebulosa» vive en en las zonas montañosas entre Nepal y Buthan y el «Neofelis diardi» o de «Sunda», solo vive en las islas de Sumatra y Borneo. La última especie, la «Neofelis nebulosa brachyura» solo vive en Taiwan, y es la que ha sido documentada por primera vez en décadas y que se creía extinta.
Los guardabosques de la aldea de Alangyi en Taiwán empezaron a realizar búsquedas más exahustivas a raíz del primer avisatamiento, y en los últimos años aseguran haber visto a más leopardos nebulosa en los montes de Daren, en el municipio de Taitung. Las zonas rurales taiwanesas han reforzado las leyes de caza furtiva para intentar proteger a esta especie, y varios equipos internacionales de científicos han reanudado las busquedas para intentar localizar de nuevo al animal.
El leopardo nebulosa es un animal bellísimo, pero también muy esquivo. Son maestros del sigilo y es muy difícil llegar a verlos, pero por lo menos a día de hoy sabemos que son una especie que, aún en peligro crítico de extinción en Asia, sigue prosperando en nuestro planeta.
Fuente: mundodeportivo.com