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Las hembras de cangrejos violinistas no buscan sexo, sino protección

¿Por qué las hembras de los cangrejos violinistas visitan a tantos machos durante la época de apareamiento y los rechazan de manera sucesiva? Los comportamientos sexuales de estos crustáceos, cuyos machos tienen una gran pinza que está ausente en las hembras, siempre habían desconcertado a los científicos y habían dado lugar a varias hipótesis.

Hasta ahora, las múltiples visitas se atribuían a una selección rigurosa por parte de las hembras del género Uca para encontrar a su pareja ideal. Pero un nuevo estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, revela que las hembras no son especialmente exigentes a la hora de elegir a un macho. En realidad buscan refugio para huir de depredadores como los pájaros o para evitar situaciones extremas de deshidratación o calor.

 “Estos hallazgos tumban las teorías anteriores y ayudan a los científicos a entender mejor los hábitos de reproducción de estos cangrejos, cruciales para el mantenimiento de la salud de los manglares, pantanos y playas fangosas”, dice Patricia Backwell, autora principal del estudio e investigadora en la Australian National University.

 Para la científica, las cosas no siempre son lo que parecen. Los cangrejos violinistas hembras, que habitan en los manglares y zonas pantanosas de África occidental, Atlántico occidental, Pacífico oriental e Indo-Pacífico, visitan las madrigueras de varios machos para identificar lugares seguros y esconderse de los depredadores.

 “Si por ejemplo un pájaro la ataca, la hembra de cangrejo se mueve rápidamente y vuelve directamente a la última madriguera que ha visitado”, explica Backwell. De este modo, la hembra consigue un mapa de localización de múltiples refugios para sobrevivir. “En el caso de ataques, esto es válido tanto para las hembras que buscan pareja como las que buscan protección”, subraya la científica.

El equipo de investigación se dio cuenta de que incluso las hembras que no buscaban pareja visitaban diversos machos antes de instalarse en una nueva madriguera, de la misma manera que lo hacían las hembras reproductoras.

 Durante los años 2007, 2011 y 2012, los científicos observaron las preferencias de las hembras de la especie Uca mjoebergi con cangrejos robots que imitaban los movimientos de los machos. También se centraron en las reacciones de los machos ante las visitas de las hembras, y probaron la respuesta de las hembras con pájaros simulados.

 “En todos los experimentos, tanto las hembras en busca de pareja como las que buscaban refugio se comportaron de la misma manera”, apunta Marianne Peso, otra de las autoras del estudio e investigadora en la actualidad en la Macquarie University (Australia).

Todas las hembras –tanto las que buscaban una pareja como las que querían refugio– visitaron machos que cortejaban, y estos las trataron a todas como posibles parejas. Los resultados del trabajo también muestran que las hembras encontraron que los machos robóticos eran igual de atractivos, y “todas las hembras se retiraron hacia el último refugio que visitaron cuando fueron atacadas por el ave artificial”, declaran los autores.

Fuente: Noticiasdelaciencia.com

 

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