Al igual que en el caso de los bebés humanos, la percepción del ritmo que encontramos en las focas surge en las primeras etapas de la vida, es robusta y no requiere ni entrenamiento ni refuerzo
Un equipo de investigadores dirigido por el Instituto Max Planck de Psicolingüística y el Centro de Investigación y Rehabilitación de Focas de Pieterburen, en Países Bajos, han demostrado que las focas pueden discriminar el ritmo sin entrenamiento previo.
Este hecho puede estar relacionado con su capacidad para aprender vocalizaciones, habilidades que pueden haber evolucionado conjuntamente tanto en humanos como en focas, según publican en la revista ‘Biology Letters’.
Los biólogos evolucionistas creen que nuestras capacidades para el habla y la música pueden estar relacionadas, y es que solo los animales que pueden aprender nuevas vocalizaciones, como los humanos y los pájaros cantores, parecen tener sentido del ritmo.
«Sabemos que nuestros parientes más cercanos, los primates no humanos, necesitan ser entrenados para responder al ritmo. Incluso cuando se hace, los primates muestran capacidades rítmicas muy diferentes a las nuestras», explica la primera autora, Laura Verga.
Los investigadores decidieron probar las capacidades rítmicas de las focas, animales conocidos por su habilidad de aprendizaje vocal. El equipo creó primero secuencias de vocalizaciones de focas. Las secuencias diferían en tres propiedades rítmicas: el tempo (rápido o lento, como los tiempos por minuto en la música), la longitud (corta o larga, como la duración de las notas musicales) y la regularidad (regular o irregular, como un metrónomo frente al ritmo del jazz libre).
Tras esto, hicieron pruebas con veinte focas jóvenes recluidas en un centro de rehabilitación antes de ser liberadas en la naturaleza.
Utilizando un método de estudio empleado también con bebés humanos, el equipo registró cuántas veces las focas giraron la cabeza para mirar la fuente de sonido que estaba situada a sus espaldas. Este comportamiento de mirar indica si encuentran un estímulo interesante.
Si las focas pueden discriminar entre diferentes propiedades rítmicas, es posible que miren durante más tiempo o con más frecuencia cuando escuchen una secuencia que prefieran. Las focas miraban más a menudo cuando las vocalizaciones eran más largas, más rápidas o rítmicamente regulares.
Esto significa que las focas de un año, sin entrenamiento ni recompensas, discriminaron espontáneamente entre secuencias regulares (metronómicas) e irregulares (arrítmicas), secuencias con notas cortas frente a largas y secuencias con ritmo rápido frente a lento.
«Otro mamífero, aparte de nosotros, muestra el procesamiento del ritmo y el aprendizaje de la vocalización. Esto supone un avance significativo en el debate sobre los orígenes evolutivos del habla y la musicalidad humanas, que siguen siendo bastante misteriosos. Al igual que en el caso de los bebés humanos, la percepción del ritmo que encontramos en las focas surge en las primeras etapas de la vida, es robusta y no requiere ni entrenamiento ni refuerzo», resalta Verga.
Fuente: lasexta.com