Según un nuevo estudio dirigido por la Universidad Queen Mary de Londres, que ha medido los cambios de comportamiento y fisiológicos en las cabras para determinar si pueden diferenciar entre llamadas relacionadas con emociones positivas y negativas, los balidos tienen tintes emocionales que otras cabras interpretan.
Descubrieron así que, al cambiaba la emoción de una llamada por parte de una cabra, también cambiaba la probabilidad de que las cabras miraran hacia la fuente del sonido.
Tintes emocionales
El estudio se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Roehampton (Reino Unido), La Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich (Suiza) y la Universidad de Turín (Italia). Publicado en la revista Frontiers in Zoology, también muestra que la variabilidad de la frecuencia cardíaca de las cabras, la variación en el tiempo entre cada latido cardíaco, fue mayor cuando las llamadas positivas se jugaron en comparación con las llamadas negativas.
Es decir, que estamos ante el primer estudio que presenta evidencias sólidas de que las cabras no solo pueden distinguir las variantes de las llamadas según la emoción que transmiten, sino también que sus propias emociones están potencialmente afectadas. Según explica Elodie Briefer, coautora del estudio:
Expresando emociones con vocalizaciones y pudiendo detectar y compartir el estado emocional de otro animal de la misma especie puede facilitar la coordinación entre los individuos en un grupo y fortalecer los lazos sociales y la cohesión grupal.
La cabra fue el primer herbívoro que se domesticó, hace 10.000 años, en las montañas de Irán. Incluso las cabras son buenas mascotas y extremadamente limpias y escrupulosas: si la saliva de otra cabra toca su comida, o si ésta tiene el más leve signo de suciedad, se niegan a comerla.
Fuente: xataka.com