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Las altitudes de los Andes desvelan un incesante número de nuevas ranas

Las altitudes de los Andes desvelan un incesante número de nuevas ranas

En las últimas décadas, el hallazgo casi incesante de nuevas especies de ranas ha mejorado el conocimiento que tenemos sobre ellas y su diversidad. Destaca sobre todo el inesperado y gran despliegue de anfibios de los Andes. Esto es especialmente sorprendente en Bolivia en el caso del género Microkayla, descrito en 2017 por el investigador español Ignacio De la Riva y sus colaboradores. El nuevo género cuenta hasta ahora con 25 especies.

El científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) lleva varios años descubriendo, en diferentes ambientes, nuevas especies de ranas en la vertiente amazónica de los Andes bolivianos. De las ranas del nuevo género descrito en 2017, hasta el año 2000, solo se habían encontrado tres especies en esa zona, pero la cifra aumentó a 17 en los siete años posteriores gracias en gran parte al trabajo del científico español. No serían las únicas: luego se describieron cinco más y muchas más siguen aún esperando a ser descritas.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Zootaxa, describe la última especie descubierta por De la Riva en la Cordillera Real de los Andes bolivianos: Microkayla huayna. El anfibio se distingue por su piel dorsal marrón con manchas más oscuras sobre todo en los párpados y los costados, y la presencia de un gran saco vocal marrón oscuro en los machos.

Aunque la nueva especie tiene un aspecto similar a otras ocho especies del mismo género halladas en la misma cordillera, difiere por su pequeño tamaño –de unos 2,6 cm para los machos– y unas patas traseras más cortas.

Muchas más por descubrir

“Hay tantas nuevas especies que una más apenas es noticia; es una especie más de las muchas que ya he descrito y las muchas que tenemos aún por describir”, señala a Sinc De la Riva.

Microkayla huayna es la segunda especie del género descubierta en el valle de Zongo, en la Cordillera Real, pero su área de distribución, probablemente de menos de 2.000 km2 y con solo unas pocas localizaciones conocidas, no está incluida en ningún área protegida. “La nueva rana parece ser rara o difícil de encontrar”, detallan los científicos en el estudio que señala que se necesitaron 12 horas para encontrar un solo espécimen.

Para los investigadores, el calentamiento global, los cambios en los usos del suelo y la deforestación suponen una amenaza para este esquivo anfibio. Por esta razón, los expertos proponen en su trabajo que esta nueva especie sea incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en la categoría de ‘vulnerable’.

A pesar de los esfuerzos por describir nuevas especies, la diversidad de las ranas andinas sigue estando subestimada. El género Microkayla es un ejemplo más que demuestra que existen géneros muy relacionados cuyas especies tienen pequeñas distribuciones latitudinales y altitudinales.

“Lo relevante no es esta especie en sí misma, sino el hecho de que exista una radiación evolutiva de este y otros géneros parecidos de ranas en los Andes de Perú y Bolivia, que era insospechada y que solo en los últimos años ha empezado a ser revelada en toda su magnitud”, apunta el investigador español.

Según los científicos, esta zona de los Andes pudo ser colonizada varias veces de manera independiente por diversos tipos de ranas forestales que dieron lugar a multitud de especies con morfologías similares. Los próximos descubrimientos de nuevas ranas permitirán entender mejor cómo están relacionadas todas estas especies que habitan un ecosistema tan exclusivo.

Fuente: agenciasinc.es

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