Las hembras de araña de espalda roja (Latrodectus hasselti), de mayor tamaño que los machos, practican canibalismo sexual y durante el apareamiento devoran al macho. Pero estos han desarrollado una estrategia para salvarse: buscan a hembras inmaduras y poco experimentadas.
Hasta ahora los científicos no sabían si esta táctica suponía un coste para las jóvenes hembras y si los machos –que se esfuerzan poco en el cortejo con esta acción– en realidad ejercían algún tipo de chantaje o coerción en ellas. Según las observaciones, estas parecían mostrar poco interés en el intercambio porque se lesionaban con más frecuencia e incluso intentaban atacar a los machos como si se resistieran.
Sin embargo, un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Toronto (Canadá), revela ahora que esta estrategia es también beneficiosa para las hembras. “No hay evidencias que sugieran que este comportamiento sea abusivo para las hembras en términos de supervivencia y rendimiento reproductivo”, señala Luciana Baruffaldi, investigadora en la universidad canadiense.
El trabajo, publicado en la revista Scientific Reports, muestra que las hembras jóvenes que se aparean de esta manera no tienen que buscar a otros compañeros en el futuro. “Esta reproducción temprana puede ser bueno para las hembras porque en la naturaleza corren el riesgo de no encontrar pareja”, subraya Baruffaldi.
Además, cualquier retraso en el apareamiento es perjudicial para ellas. Según estudios anteriores, las hembras que no se reproducen no solo pierden a sus descendientes potenciales, sino que tienen una esperanza de vida más corta que las hembras apareadas, probablemente por mantener huevos que podrían suponer un gasto para sus recursos.
La ‘aberrante’ estrategia que beneficia a la especie
El canibalismo se produce incluso mientras tiene lugar el apareamiento entre el macho y la hembra. De hecho, se ha constatado que los machos ayudan activamente a la hembra a ser devorados dando volteretas y colocando su abdomen sobre la boca de esta. Pero esta forma extrema de reproducción tiene sus ventajas.
“Cuando se estudia la ecología evolutiva, tendemos a atribuir las características o los juicios humanos al comportamiento animal que se observa”, dice Maydianne Andrade, coautora del trabajo y experta mundial sobre hábitos de apareamiento de las arañas caníbales.
Sin embargo, realmente lo que hay que pensar es cómo afecta al éxito reproductivo del animal que lo realiza. “Esa es la moneda de cambio evolutiva: lo que se está reproduciendo con el tiempo es la cantidad de copias de genes que quedan en la descendencia”, añade la científica. Esto permitirá que los hijos mantengan los rasgos de sus padres.
Fuente: Agencia SINC