Icono del sitio INVDES

La escasa floración incrementó la presencia de la abeja invasora escultórica

La escasa floración incrementó la presencia de la abeja invasora escultórica

Se trata de un problema que tenemos en toda la Europa Mediterránea. La escasez de alimento fomenta que especies no nativas pongan en riesgo las poblaciones autóctonas de este importante polinizador

Una floración excepcionalmente pobre de la acacia de Japón, (“Styphnolobium Japonicum”), oriunda del este de Asia, permitió registrar una alta densidad de actividad de la abeja invasora escultórica (“Megachile Sculpturalis”), una especie presente en el noreste de España y en la isla de Mallorca.

Así lo pone de manifiesto el estudio “La colonización en fase temprana de la abeja resinera escultórica introducida revelada por la variabilidad de los recursos florales locales”, elaborado por los investigadores Jovana Bila Dubaić, Milan Plećaš, Jovana Raičević, Julia Lanner y Aleksandar Ćetković.

En el caso de la abeja escultórica, su característica “más preocupante” es un comportamiento “inusualmente agresivo y/o destructivo”

Para ello, los científicos han estudiado la propagación de la abeja escultórica, conocida como abeja gigante de la resina, en Serbia y en el sureste de Europa, con el apoyo del Ministerio de Educación, Ciencia y Desarrollo Tecnológico de la República de Serbia y la Academia de Ciencias del Instituto de Investigación Integrativa de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida de Austria. Los investigadores sugieren que un modo difusivo de introducción de la “Megachile Sculpturalis” en Serbia parece ahora un escenario “más plausible” que un salto a larga distancia.

El estudio, publicado en la revista NeoBiota, sostiene que la integración de los resultados de los enfoques contrastados -un seguimiento sistemático basado en los recursos naturales y un registro oportuno a gran escala- puede ser de “gran relevancia metodológica” para el desarrollo de futuros protocolos de seguimiento.

80 especies de abejas

La investigación señala que hay unas 80 especies de abejas en todo el mundo que se encuentran fuera de sus áreas de distribución nativas, lo que representa una “pequeña parte” de un total estimado en más de 20.000 especies de abejas existentes.

La mayoría de las abejas no nativas, alrededor del 73%, se han establecido a raíz de introducciones accidentales, con un número notable de las que anidan en cavidades, principalmente en varios tipos de material de madera o en tallos huecos de plantas.

Así, de las tres únicas especies de abejas alóctonas plenamente confirmadas en Europa, dos se conocen todavía en zonas bastante restringidas: “Megachile Disjunctiformis Cockerell” en el centro de Italia y “Xylocopa Pubescens Spinola” en el sur de Grecia y de España. Hasta ahora, la abeja escultórica es la única abeja exótica invasora “ampliamente” establecida, que se extiende continuamente por Europa.

Impactos ambientales negativos

El número y la extensión geográfica “crecientes” de las introducciones de abejas exóticas en el mundo suscitan “preocupación” por su potencial para “causar impactos ambientales negativos”.

Entre ellos, los autores destacan la disminución de las poblaciones de abejas nativas a través de la competencia -por los recursos florales o de anidación-, la transmisión de patógenos y parásitos, la degradación de las redes nativas de flores y polinizadores, la reducción de la polinización de las plantas nativas y de los cultivos o la facilitación de las malezas exóticas y las plantas invasoras.

En el caso de la abeja escultórica, su característica “más preocupante” es un comportamiento “inusualmente agresivo y/o destructivo” que ejerce mientras compite con las abejas solitarias nativas por las cavidades para anidar.

Distribución y características

El área de distribución de la “Megachile Sculpturalis” se extiende por el este de Asia, desde Taiwán y el este de China continental, pasando por la península de Corea hasta Japón. Se trata de una abeja de aspecto distintivo: es bastante grande con cuerpo negro entre 21 y 27 milímetros de longitud en las hembras y entre 12 y 22 milímetros en los machos, con alas transparentes que poseen puntas oscuras.

Las hembras hacen nidos en cavidades existentes en madera muerta o en tallos huecos de plantas, que sellan con un material similar a la resina, de ahí el nombre coloquial acuñado inicialmente para esta abeja en Norteamérica, abeja resinera gigante, que aquí se ha adoptado como nombre alternativo el de abeja resinera escultórica.

Fuente: efeverde.com

Salir de la versión móvil