Mientras volaba de regreso a casa de unas vacaciones en Samoa; un pasajero vio a través de la ventana del avión: una gran masa flotando en el océano, a cientos de kilómetros de la costa norte de Nueva Zelanda.
El pasajero rápidamente envío por correo las extrañas fotos, y los científicos se dieron cuenta de que en realidad se trataba de la erupción volcánica submarina más grande de su tipo.
”Sabíamos que era una erupción a gran escala, aproximadamente equivalente a la erupción más grande que hemos visto en el siglo XX” comentó la vulcanóloga Rebecca Carey de la Universidad de Tasmania, quien co-dirigió la primer investigación de la erupción histórica de 2012.
El incidente producido por un volcán submarino llamado Havre Seamount, inicialmente pasó desapercibido para los científicos, pero la plataforma de roca flotante que generaba era muy difícil de perder.
En 2012, la isla, compuesta de piedra pómez; cubría unos 400 kilómetros cuadrados del Océano Pacífico sudoccidental. Pero meses después los satélites la registraron dispersándose sobre un área dos veces más grande que Nueva Zelanda.
Debajo de la superficie
Bajo la superficie, la magnitud de las consecuencias rocosas sorprendió a los científicos cuando inspeccionaron el sitio en 2015; en profundidades de casi 1,220 metros.
”Cuando miramos los mapas detallados del AUV (vehículo autónomo submarino), notamos todos esos baches en el lecho marino y pensamos que el sónar del vehículo estaba funcionando mal”; dijo el vulcanólogo Adam Soule de la institución Oceanográfica Woods Hole.
Resultó que los baches en realidad eran bloques gigantes de piedra pomez; algunos incluso del tamaño de una camioneta 4×4. La investigación realizada con el AUV Sentry y el vehículo operado por control remoto (ROV) Jason, revela que la erupción del Havre Seamount fue más compleja que cualquiera que haya experimentado.
La caldera que abarca casi 4.5 kilómetros descargó lava de 14 respiraderos en una ”ruptura masiva del edificio volcánico”, produciendo no sólo piedra pómez, sino cenizas, domos de lava y flujos de lava en el lecho marino.
Los investigadores dicen que del material; unos tres cuartos o más salieron a flote a la superficie y se fueron alejando hacia las costas.
Diferencias terrestres
Las muestras recogidas por los sumergibles, arrojaron lo que los científicos dicen que podría equivaler a una década de investigación. Es una oportunidad enorme y rara de estudiar lo que ocurre cuando un volcán entra en erupción bajo el mar; un fenómeno que en realidad representa más del 70 por ciento de todo volcanismo en la Tierra. Incluso aunque sean un poco más difíciles de detectar.
Y sólo por si te lo preguntabas así se ve una erupción submarina:
Fuente: Nation