La mortal erupción volcánica de Anak Krakatoa en 2018 desató una ola de al menos 100 metros, que podría haber causado una devastación generalizada si hubiera estado moviéndose en otra dirección.
Más de 400 personas perdieron la vida en diciembre de 2018 cuando Anak Krakatoa (Indonesia) entró en erupción y se derrumbó parcialmente en el mar, enviando una ola hacia el oeste hacia la isla indonesia de Sumatra que tenía entre 5 y 13 metros de altura cuando tocó tierra menos de una hora después.
Sin embargo, un nuevo análisis realizado por investigadores de la Universidad Brunel de Londres y la Universidad de Tokio ha demostrado que el desastre podría haber sido significativamente peor si la ola, que comenzó con entre 100 y 150 metros de altura, se hubiera desplazado hacia costas más cercanas.
«Cuando los materiales volcánicos caen al mar, causan el desplazamiento de la superficie del agua», dijo el doctor Mohammad Heidarzadeh, profesor asistente de ingeniería civil en Brunel, quien dirigió el estudio. «Similar a tirar una piedra a una bañera, causa olas y desplaza el agua. En el caso de Anak Krakatoa, la altura del desplazamiento del agua causada por los materiales del volcán fue de más de 100 metros».
Aunque la altura de la ola se redujo rápidamente, gracias principalmente a los efectos conjuntos de la gravedad que empuja la masa de agua hacia abajo y la fricción generada entre la ola de tsunami y el fondo marino, todavía tenía más de 80 metros de altura cuando golpeó una isla deshabitada solo unos pocos kilómetros de distancia.
«Afortunadamente, nadie vivía en esa isla», dijo Heidarzadeh. «Sin embargo, si hubiera una comunidad costera cerca del volcán, por ejemplo, dentro de los 5 kilómetros, la altura del tsunami habría estado entre 50 y 70 metros cuando golpeó la costa», explicó en un comunicado.
Para el contexto, Heidarzadeh da el ejemplo de la erupción de Krakatoa en 1883, que generó un tsunami que golpeó la tierra a una altura máxima de 42 metros, causando al menos 36.000 muertes en un momento en que las áreas costeras estaban menos pobladas.
La nueva investigación es importante para las comunidades costeras que viven cerca de los volcanes en todo el mundo, dijo Heidarzadeh, ya que es el primero en demostrar que la erupción volcánica de Anak Krakatoa pudo generar una ola tan grande en diciembre de 2018.
El nuevo análisis, publicado en la revista Ocean Engineering, utilizó datos del nivel del mar de cinco ubicaciones cerca de Anak Krakatoa para validar modelos de computadora que simulaban el movimiento del tsunami desde el colapso del volcán hasta la tierra.
Indonesia, una de las áreas más propensas a terremotos y tsunamis del mundo, fue golpeada por dos olas mortales en 2018, una desatada por Anak Krakatoa y otra por un deslizamiento de tierra en la costa de Sulawesi, que mató a más de 2.000 personas.
Fuente: EP