El pez damisela de aleta larga ha domesticado al camarón mísido en un sector de América Central: lo utiliza para fertilizar sus granjas de algas. Es la primera evidencia de domesticación de otras especies por parte de un animal distinto al ser humano.
Como parte de una relación mutualista que beneficia a ambas especies, los peces damisela y los camarones mísidos han entablado una estrecha unión en un área de arrecifes de coral ubicada en Belice, América Central. Según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Griffith y la Universidad Deakin, ambas de Australia, los peces han domesticado a los camarones para que fertilicen su producción de algas. Es el primer ejemplo científicamente comprobado de la domesticación ejercida hacia otra especie por parte de un animal no humano.
De acuerdo a un comunicado, los camarones también se benefician: encuentran en los refugios habitados por los peces un lugar ideal para protegerse de la gran cantidad de depredadores que vive en la zona. En el estudio, publicado en la revista Nature Communications, se establece que esta sorprendente alianza entre ambas especies es el prime caso documentado y verificado de domesticación por fuera del entorno humano.
Desde que nuestra civilización comenzó a agruparse en asentamientos se fueron sucediendo diferentes domesticaciones de otras especies animales, que se veían atraídas por condiciones de refugio o alimentación que no encontraban en el entorno natural. Perros, gatos, caballos o gallinas son algunos ejemplos de estos procesos, en los cuales el ser humano se veía beneficiado por alguna característica aportada por la especie domesticada.
A su vez, se iniciaban cambios en los propios animales: los lobos que buscaban comida en los pequeños agrupamientos humanos habitados por nuestros antepasados fueron convirtiéndose poco a poco en los perros que hoy conocemos. La domesticación los transformó en los animales amigables y compañeros que actualmente habitan nuestras casas, alejándolos de su origen salvaje. ¿Pueden otras especies encarar este mismo proceso y domesticar a otros animales?
Domesticación sin participación humana
Aunque se conoce el caso de algunas variedades de hormigas que utilizan pulgones con fines alimenticios y los integran en sus dominios, no se habían obtenido hasta el momento evidencias científicas sobre un proceso de domesticación sin la participación humana. Tampoco hay unanimidad en cuanto a la definición de domesticación: algunos especialistas sostienen que deben registrarse cambios genéticos entre las criaturas salvajes y domesticadas, como así también una influencia multigeneracional sostenida a lo largo del tiempo.
En cualquier caso, los investigadores australianos tienen bases sólidas para determinar la existencia de un proceso de domesticación entre el pez damisela y el camarón mísido. “Los peces damisela defienden agresivamente un sector de arrecife donde cultivan algas para alimentarse, pero sorpresivamente no lo hacen con los camarones mísidos. Enjambres de camarones se benefician del refugio protector que brindan los peces, fertilizan las granjas de algas con sus desechos y mejoran la calidad de la producción”, destacó el Dr. Rohan Brooker, autor principal del estudio.
Como animales de granja
Los estudios de campo y los experimentos de comportamiento desarrollados por los científicos proporcionaron evidencia científica que indica que la relación entre ambas especies muestra todas las características de la domesticación, en el marco de un proceso similar al que lleva adelante el ser humano cuando cría animales de granja.
Según los expertos, la domesticación del camarón mísido por parte del pez damisela es el primer caso registrado de un vertebrado no humano que domestica a otra especie. Además, los científicos resaltaron que la relación entre peces damiselas y camarones mísidos podría dejar muchas pistas sobre la forma en la cual el ser humano domesticó por primera vez a especies hoy tan familiares como gatos, perros o cerdos, entre otros ejemplos.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com