Exploradores han encontrado en unas cuevas del Parque Nacional Sequoia de California un tesoro biológico compuesto por arañas, moscas y pseudoescorpiones. Pero entre esas “joyas” naturales destaca una por su rareza. Se trata de una nueva especie de milpiés, que ha sido reconocida como un primo evolutivo del animal con más patas del planeta, el Illacme plenipes. El misterioso animal posee “solo” 414 pies, en comparación con su pariente de 750, pero tiene un conjunto de características anatómicas tan extrañas como un cuerpo armado con 200 glándulas de veneno, pelos sericígenos (que originan seda) y cuatro penes. El estudio ha sido publicado en la revista de acceso libre “ZooKeys”.
Este nuevo milpiés, llamado Illacme tobini, es descrito por su descubridor Jean Krejca, de la compañía Zara Enviromental LLC, y los taxonomistas Paul Marek, de la Universidad Tecnológica de Virginia y Bill Shear, del Hampden-Sydney College.
“Nunca habría esperado que una segunda especie del animal con más patas del planeta se descubriera en una cueva de 150 millas de distancia”, dice Marek, profesor adjunto en el Departamento de Entomología en la Virginia Tech. Su pariente con vida más cercano vive bajo los cantos gigantes de arenisca en las afueras de San Juan Bautista, California.
Chorros de veneno
Además de tantas patas, el nuevo milpiés también tiene un aparato bucal de aspecto extraño con una función misteriosa, cuatro patas modificadas en penes, un cuerpo cubierto de largos pelos sericígenos y boquillas emparejadas en cada uno de sus más de 100 segmentos que arrojan a chorros un producto químico defensivo de naturaleza desconocida.
Los autores señalan que mediante la exploración de nuestro mundo y la documentación de la biodiversidad de este planeta podemos evitar la extinción en el anonimato, un proceso en el que una especie se extingue antes de darnos cuenta de su papel en el ecosistema, su potencial beneficio para la humanidad, su belleza… o, como desde luego es el caso, su rareza.
Fuente: abc.es