Científicos han certificado el regreso de ballenas azules antárticas a la isla subantártica de Georgia del Sur, medio siglo después de que la caza de ballenas casi las aniquilara.
El nuevo estudio, publicado en la revista ‘Endangered Species Research’, sigue una investigación reciente de que las ballenas jorobadas también están regresando a la región.
El descubrimiento, basado en el análisis de 30 años de avistamientos, fotografías y grabaciones de sonido bajo el agua, es una evidencia crucial para saber cómo se está recuperando la especie luego de la prohibición de la caza comercial de ballenas en la década de 1960.
Las ballenas azules abundaban en Georgia del Sur antes de que la caza industrial de ballenas de principios del siglo XX entre 1904 y 1971 matara a 42.698 de ellas allí. La mayoría de ellos murieron antes de mediados de la década de 1930.
La especie casi desapareció de la región: los estudios de ballenas dedicados desde barcos frente a Georgia del Sur dieron como resultado solo un avistamiento de ballena azul entre 1998 y 2018, pero los estudios más recientes sugieren que las ballenas azules están regresando.
Una encuesta de 2020 en febrero dio como resultado en 58 avistamientos de ballenas azules y numerosas detecciones acústicas. La autora principal, Susannah Calderan, de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas (SAMS), explica que “la continua ausencia de ballenas azules en Georgia del Sur se ha visto como un ejemplo icónico de una población que fue explotada localmente más allá del punto en el que podría recuperarse”.
“Pero en los últimos años hemos estado trabajando en Georgia del Sur, nos hemos vuelto bastante optimistas sobre el número de ballenas azules vistas y escuchadas alrededor de la isla, lo que no había sucedido hasta hace muy poco –celebra en un comunicado–. Este año fue particularmente emocionante, con más avistamientos de ballenas azules de lo que podríamos haber esperado”.
Además de buscar ballenas, los investigadores utilizaron dispositivos de escucha, que pueden detectar las llamadas fuertes y de baja frecuencia de las ballenas a largas distancias y también pueden funcionar en condiciones climáticas adversas.
El equipo también tenía registros de avistamientos de ballenas reportados al Museo de Georgia del Sur por marineros y pasajeros de barcos turísticos, y fotografías de ballenas azules, que permiten identificar animales individuales.
En total se han fotografiado 41 ballenas azules de Georgia del Sur entre 2011 y 2020, aunque ninguna de ellas coincide con las 517 ballenas del catálogo fotográfico actual de ballenas azules antárticas.
Susannah Calderan agrega: “No sabemos muy bien por qué las ballenas azules han tardado tanto en regresar. Es posible que tantas de ellas murieran en Georgia del Sur que hubo una pérdida de memoria cultural en la población que el era una zona de forrajeo, y sólo ahora está siendo redescubierta”.
Hay oportunidades limitadas para los estudios de ballenas dedicados en la región, conocida por su clima severo e inaccesible, pero dichos estudios son cruciales para la gestión futura de los mares de Georgia del Sur.
La coautora y ecóloga de ballenas, la doctora Jennifer Jackson, de British Antarctic Survey, quien dirigió la expedición de ballenas de 2020, resalta que “este es un descubrimiento emocionante y un paso adelante realmente positivo para la conservación de la ballena azul antártica”.
“Con las aguas de Georgia del Sur designadas como Área Marina Protegida por el Gobierno de Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur, esperamos que este aumento en el número de ballenas azules sea una señal de lo que vendrá y que nuestra investigación pueda continuar contribuyendo a una gestión eficaz del Area”, destaca.
Fuente: EP