Un nuevo estudio publicado en la revista Science & Global Security ofrece nuevos argumentos de que el misterioso “doble flash” registrado el 22 de septiembre de 1979 por el satélite estadounidense Vela 6911 cerca de las islas Marion y Prince Edward en el sur del Índico podría haber sido una prueba nuclear israelí secreta.
Los autores del estudio –Christopher Wright, de la Academia de las Fuerzas Armadas Australianas, y el físico nuclear Lars-Erik De Geer, de la Agencia de Investigación de Defensa Sueca– han analizado muestras del tiroides de ovejas australianas que se enviaron mensualmente a EE.UU. en 1979, y encontraron en ellas el isótopo radiactivo yodo-131. Los datos han sido puestos a disposición del público recientemente en virtud de la Ley de Libertad de Información.
El estudio afirma que los niveles de isótopos radioactivos encontrados en ovejas cuatro días después del también conocido como Incidente Vela, “serían consistentes con que se hubieran cruzado en el camino de una posible nube radioactiva de un ensayo nuclear de bajo rendimiento el 22 de septiembre en el sur del océano Índico”.
Asimismo, los científicos indicaron que el análisis de los patrones climáticos sugiere que unas nubes formadas por una explosión nuclear se habrían desplazado desde el lugar de la prueba en el Índico a territorio australiano.
La versión de la prueba nuclear secreta se ve respaldada también por el análisis de una “señal hidroacústica” desclasificada de los dispositivos de escucha submarinos de EE.UU., agrega el estudio.
Antigua versión
De ser cierto, al realizar esa prueba nuclear Israel habría violado el Tratado de Prohibición de Pruebas Limitadas de 1963, por lo que los autores del estudio instan a llevar a cabo una investigación internacional a gran escala sobre lo sucedido.
Esta versión se baraja desde hace 39 años, cuando el incidente fue registrado. Según las memorias del entonces presidente de EE.UU. Jimmy Carter, era lo que suponían los generales estadounidenses que le informaron.
Por otro lado, la posición oficial del Estado israelí es no confirmar ni negar estar en posesión de un programa nuclear militar propio. Además, como respuesta al estudio, el embajador de Israel en Nueva Zelanda Itzhak Gerberg negó en The New Zealand Herald los hallazgos de la investigación, que califica de “sencillamente, una suposición ridículaque no se sostiene”.
Fuente: Agencias