El archipiélago de Galápagos fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1979, en atención a sus especies únicas en el mundo terrestres y marinas, animales y vegetales
Un estudio científico estimó en 46,000 individuos la población de iguanas amarillas (Conolophus subcristatus), la mayor especie de herbívoros de la isla Fernandina, deshabitada por humanos, y consideradas arquitectas de la reforestación de ese lugar, se informó el jueves.
La cifra es resultado de un estudio publicado en la revista científica Herpetology Notes y tuvo como base una investigación de campo realizada en el año 2018, pero cuyos resultados tardaron en procesarse debido a la pandemia y a los necesarios plazos para el procesamiento y validación de los datos.
La última vez que se calculó el número de iguanas amarillas en Fernandina fue el año 2009, cuando su población se estimó en 2,000 individuos.
Pero esas estimaciones previas de la población de esos reptiles no son comparables, debido a que corresponden a otro tipo de metodologías más sencillas y menos precisas.
Citado por un comunicado del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda, coautor del estudio y director de esa institución, dijo que esa información “permite refinar estrategias de conservación, ya qué nos brinda una referencia de la capacidad de carga de estos reptiles en un hábitat saludable”.
Fernandina es el único hábitat en el mundo de esa especie de reptiles. En ese archipiélago ecuatoriano, en medio del océano Pacífico y a mil kilómetros del continente, hay otras tres especies de iguanas: marina, pallidus y rosadas.
El asesor científico del proyecto y experto en reptiles, Luis Ortiz-Catedral, en declaraciones a The Associated Press, señaló que la mayor parte del territorio de Fernandina es inhóspito, donde las iguanas amarillas son los herbívoros dominantes, modifican la vegetación, abren nuevos caminos para su especie y otros animales.
“Lo más importante es que dispersan millones de frutos y semillas… al moverse las iguanas, que viven 30 años o más, están reforestando la isla, y permiten que otras especies lleguen”, aseguró.
La estimación de la población fue posible por la captura y marcación de machos y hembras en las zonas de apareamiento, luego otra posterior recaptura, con lo cual se pudo estimar la densidad de las iguanas amarillas. Con esa información se calcularon las zonas de apareamiento y se tuvo un estimado total.
Gabriele Gentile, científico de la Universidad de Roma Tor Vergata, desde Italia dijo a AP que los estudios de cada especie de iguana en Galápagos son muy importantes, porque permiten adentrarse en su proceso de evolución y entenderlo mejor desde varias perspectivas físicas, genéticas y demográficas, entre otras, que abren muchas más preguntas a los científicos.
Estas especies únicas, como las de Galápagos, atraen la atención de la gente para causas conservacionistas y constituyen un símbolo y una herramienta para atraer la atención internacional a este tipo de causas, valoró la investigadora.
Las erupciones del volcán La Cumbre, uno de los más activos del mundo, es la mayor amenaza para la población de iguanas amarillas que habitan en sus inmediaciones. La última vez que estalló ese coloso fue a inicios del 2020, cuando expulsó lava y gases.
Fernandina, con 638 kilómetros cuadrados, es la tercera más grande del archipiélago y alberga también especies endémicas como pingüinos, cormoranes, aves terrestres como pinzones, además de culebras y gavilanes, estas dos últimas que se alimentan de iguanas.
El archipiélago de Galápagos fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad en 1979, en atención a sus especies únicas en el mundo terrestres y marinas, animales y vegetales, que sirvió al científico inglés Charles Darwin para elaborar la teoría de la evolución de las especies.
Fuente: AP