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Especies raras se organizan en guetos para sobrevivir

Especies raras se organizan en guetos para sobrevivir

Al igual que la organización de las ciudades humanas, los animales y plantas tienen guetos o barrios étnicos, donde las especies de baja abundancia se agrupan para sobrevivir.

Este patrón ecológico inesperado es la conclusión de un estudio internacional sobre la biodiversidad en entornos competitivos.

“Las comunidades de animales y plantas se organizan como ciudades humanas, con guetos. Esta organización podría ser la base de la persistencia de especies raras a medida que escapan de la presión de mejores competidores cooperando o utilizando diferentes microhábitats”, dice en un comunicado Joaquín Calatayud, ex postdoc en Integrated Science Lab. en la Universidad de Umea.

Los resultados de este estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, sugieren una explicación general de la biodiversidad mantenida en entornos competitivos, un nudo gordiano en la investigación ecológica actual.

“En entornos altamente competitivos, los competidores más eficientes deberían eliminar las especies raras. Sin embargo, existen múltiples especies raras juntas en las comunidades ecológicas”, explica Joaquín Calatayud.

Los investigadores analizaron más de 300 comunidades distribuidas en todo el mundo, incluidos musgos, plantas, insectos y corales. Combinando la teoría de redes para detectar los guetos y las simulaciones numéricas para explorar los mecanismos detrás de ellos, descubrieron que la agrupación espacial de especies de baja abundancia aumenta su persistencia.

Estos hallazgos proporcionan una mejor comprensión de cómo las especies forman comunidades ecológicas.

“Los resultados pueden influir en múltiples aplicaciones donde la coexistencia de especies es crucial, incluidas las estrategias de conservación y los estudios de enfermedades humanas relacionadas con el microbioma intestinal”, dice Joaquín Calatayud.

El hecho de que los mecanismos específicos que conducen a grupos de especies raras sigan siendo desconocidos requiere una nueva agenda de investigación.

Fuente: europapress.es

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