Científicos han encontrado el primer organismo que puede producir clorofila pero que no participa en la fotosíntesis.
El organismo peculiar se denomina ‘corallicolid’ porque se encuentra en el 70 por ciento de los corales de todo el mundo y puede proporcionar pistas sobre cómo proteger los arrecifes de coral en el futuro.
«Este es el segundo cohabitante de coral más abundante en el planeta y no se ha visto hasta ahora –subraya el científico Patrick Keeling, botánico de la Universidad de British Columbia (UBC), en Canadá, e investigador principal que supervisa el estudio publicado en ‘Nature’–. Este organismo plantea preguntas bioquímicas completamente nuevas. Parece un parásito, y definitivamente no es fotosintético. Pero aún produce clorofila».
La clorofila es el pigmento verde que se encuentra en las plantas y las algas que les permite absorber la energía de la luz solar durante la fotosíntesis. «Tener clorofila sin fotosíntesis es en realidad muy peligroso porque la clorofila es muy buena para capturar energía, pero sin la fotosíntesis para liberar la energía lentamente es como vivir con una bomba en tus células», explica Keeling.
Los ‘corallicolid’ viven en la cavidad gástrica de una gran variedad de corales responsables de la construcción de arrecifes, así como corales negros, corales de abanico, corales de hongos y anémonas. Son un apicomplejo, parte de un vasto grupo de parásitos que tienen un compartimento celular llamado plastidio, que es la parte de las células de las plantas y las algas donde se realiza la fotosíntesis. El apicomplejo más famoso es el parásito responsable de la malaria.
Hace más de una década, se descubrieron algas fotosintéticas relacionadas con apicomplejos en corales sanos, lo que indica que podrían haber evolucionado a partir de organismos benignos de fotosíntesis adheridos a los corales antes de convertirse en los parásitos que conocemos hoy.
Los datos ecológicos mostraron que los arrecifes de coral contienen varios apicomplejos, pero hasta ahora no se habían estudiado los ‘corallicolid’, el más común de este grupo. El organismo ha revelado un nuevo enigma: no solo tiene un plástido, sino que contiene los cuatro genes de plástido utilizados en la producción de clorofila.
«No sabemos por qué estos organismos se aferran a estos genes de la fotosíntesis. Aquí se está produciendo una biología novedosa, algo que no hemos visto antes», dice el autor principal del estudio Waldan Kwong, investigador postdoctoral de la UBC. Los investigadores esperan que una mayor investigación sobre los ‘corallicolids’ permita comprender mejor los hábitats de coral y preservarlos mejor.
Fuente: EP