Más del 25 % de las especies de peces se organizan en bancos para evitar los depredadores y migrar más fácilmente. Sin embargo, la mayoría de ellos se dispersan cuando las condiciones de luz son muy bajas, por lo que estas agrupaciones nocturnas no son tan habituales.
Los ojos de linterna (Anomalopidae) son una familia que tiene un órgano bioluminiscente situado debajo del ojo que les permite emitir luz a través de unas bacterias simbiontes en la piel. Un grupo de investigadores, liderado por el Museo Americano de Historia Natural, ha descubierto que estos animales se agrupan por las noches gracias a esta bioluminiscencia.
“La formación basada en señales de luz no había sido estudiada anteriormente”, afirma David Gruber del Baruch College de Nueva York (EE UU), investigador asociado al Museo Americano de Historia Natura y autor principal del trabajo. Esta afirmación plantea la posibilidad de que los bancos de peces organizados a partir de la bioluminiscencia puedan ser muy frecuentes en aguas profundas.
El estudio se estructuró en dos expediciones en las Islas Salomón, en 2013 y 2016, donde los autores utilizaron una cámara de vídeo de alta resolución para filmar grandes grupos de esta especie durante la noche. Tras el análisis de las grabaciones, los autores crearon un modelo informático para simular el movimiento de los bancos de peces. Hasta el momento, la falta de tecnología había dificultado la realización de este tipo de estudios.
Los científicos se percataron entonces de que los peces solo necesitaban emitir algunos destellos para controlar la dirección y el movimiento de todo el banco. De esta forma, podían permanecer más tiempo en bajas condiciones de luz para protegerse de posibles depredadores.
Además, se sospecha que para confundir aún más al enemigo, los peces podrían hacer parpadear la luz y luego cambiar rápidamente de dirección antes de emitir destellos de nuevo. «Esto lo observamos cuando encendimos nuestras linternas y los peces huyeron rápidamente», aclara Gruber.
Sin embargo, un hallazgo sorprendente durante este trabajo fue observar que los ojos de linterna mantenían la luz encendida más tiempo del necesario para organizar al grupo. Por tanto, “si el parpadeo de luz es un lenguaje para los peces linterna sigue siendo una cuestión pendiente de estudiar”, explica el científico.
“Estar en medio de una de estas escuelas de bioluminiscencia fue una de las cosas más mágicas que he experimentado como biólogo marino. Fue emocionante cuando vimos ríos de peces bioluminiscentes fusionarse como un camino de ladrillos azules y fluir por el arrecife», expresa.
Fuente: SINC