La investigación genética que reconstruyó las dinámicas de las poblaciones pasadas del oso de las cavernas, un destacado habitante prehistórico de Europa, implica que el Homo Sapiens tuvo más que ver con la extinción de esta fornida bestia herbívora que el enfriamiento del clima en la Edad de Hielo.
Científicos dijeron este jueves en un estudio publicado en la revista Scientific Reports que obtuvieron datos del genoma de 59 osos de las cavernas a partir de huesos desenterrados en 14 lugares de Francia, Alemania, Italia, Polonia, Serbia, España y Suiza.
Así, detectaron un declive poblacional unos 50 mil años atrás, coincidiendo con la llegada de nuestra especie al este de Europa, seguido de un descenso dramático que comenzó hace unos 40 mil años, coincidiendo con la propagación del Homo Sapiens por Europa. Finalmente, se extinguió hace unos 20 mil años.
El oso de las cavernas (Ursus spelaeus) fue uno de los moradores más simbólicos de Europa en tiempos de la Edad de Hielo, junto a animales como el león de las cavernas, el rinoceronte lanudo, el mamut lanudo y el bisonte estepario.
Era tan grande como un oso polar, pero estrictamente herbívoro. Muy presente en la conciencia de los humanos en Europa, el oso aparece representado en las pinturas rupestres en las cuevas prehistóricas.
Ha habido un debate científico sobre si el enfriamiento del clima condenó a los osos al reducir la vegetación, fundamental en su dieta, o si fue la culpa fue de la intrusión de los humanos a través de la caza y de la ocupación de las cavernas en las que los osos hibernaban y se procreaban.
El abrupto declive de la población identificado en el estudio precede al enfriamiento climático asociado con la Edad de Hielo más reciente, según la paleogenetista Verena Schuenemann, de la Universidad de Zúrich en Suiza.
El Homo Sapiens se originó en África hace más de 300 mil años, expandiéndose más tarde por el mundo entero. El estudio aportó pruebas de que la llegada del Homo Sapiens anticipó el final de numerosas especies en Eurasia, América y Australia.
“Cada vez hay más pruebas de que los humanos modernos jugaron un papel determinante en el declive y extinción de grandes mamíferos cuando se extendieron por el planeta, empezando hace unos 50 mil años”, dijo el biogeólogo Hervé Bocherens, de la Universidad de Tubinga.
“Esto ocurrió no solo por la caza de estos mamíferos hasta la extinción, sino al causar el declive demográfico de especies clave, como herbívoros muy grandes, lo que llevó al colapso de los ecosistemas y a una cascada de mayores extinciones”, agregó.
Antes de la llegada del Homo Sapiens, la población de osos siguió siendo robusta a pesar de que compartía territorio con otra especie humana, el neanderthal, que también se extinguió cuando el Homo Sapiens invadió Eurasia.
Fuente: Reuters