Ha aparecido en un lugar muy alejado de su hábitat natural
En 2024, los investigadores del Área de Biodiversidad y Conservación de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Fernando Cortés-Fossati y Marcos Méndez Iglesias, firmaban un estudio en el que desmontaban muchos de los mitos que hay sobre las arañas y los animales tóxicos que nos encontramos en nuestro planeta con la idea de cambiar la percepción popular que hay sobre ellos. Indagaron en torno a su peligrosidad y la incidencia de los casos que han requerido atención hospitalaria.
«Las arañas no son peligrosas. Hemos trabajado con datos que lo indican y que desmontan la opinión y el miedo implantado en la sociedad», comentaba Cortés-Fossati en ‘Hoy por Hoy Madrid Oeste’ de Cadena SER, mientras que Méndez Iglesias explicaba que «hasta el siglo XX no se tenía miedo a las arañas y fue a partir de ese momento cuando diferentes estudios comenzaron a propagar esta idea». Obviamente, esto es debido al veneno que tienen algunas de ellas, el cual ha motivado muchos temores.
Hay una gran cantidad de tipos de arácnidos, algunos más grandes, otros más pequeños. También los hay con picaduras inofensivas y con otras que pueden llegar incluso a causar problemas de salud serios que deriven en la muerte de quien las recibe, pero normalmente esas están lejos de nuestro entorno. Aún así, que aparezcan en lugares que no son su hábitat natural no es imposible, sí extraño, pero ocurre. Sobre todo en los últimos años.
Un hecho inusual con claros factores
En Luxemburgo se han sorprendido muchísimo por el descubrimiento con el que han dado, girando todo en un pequeño animal. Como recoge Luxemburger Wort, el Museo Nacional de Historia Natural (MNHNL) anunció en un comunicado de prensa que un empleado de un museo situado en el sur del país se topó por primera vez con la araña Saitis barbipes, que como explicaba Guy Colling, miembro del MNHNL, «se considera una especie termófila que normalmente se encuentra en las regiones del sur de Europa».
Este tipo de arácnido tiene un tamaño muy pequeño, alcanzando una longitud corporal de entre cinco y seis milímetros, teniendo como características destacables que «los machos de esta especie de araña saltadora son conocidos por sus patas de colores brillantes y en forma de abanico», como explican en el comunicado. Parece una simple anécdota, pero los motivos que barajan los expertos tienen mucho más trasfondo de lo que creemos, más allá de lo que significa que una nueva especie se adentre en otro entorno.
Todo parece estar motivado por el cambio climático, ya que no es un caso aislado, sino que se han avistado otras especies de insectos típicos del sur europeo en ese país. El MNHNL determinaba que «estas expansiones son consistentes con los datos climáticos que muestran que la temperatura media anual en Luxemburgo ha aumentado alrededor de 1,5 grados desde la década de 1960, creando condiciones más favorables para las especies que anteriormente estaban confinadas a climas más cálidos del sur». De esta forma, vemos cómo la naturaleza se empieza a manifestar de manera diferente ante las modificaciones en el medio ambiente.
Fuente: cadenaser.com