Científicos en Australia descubren una nueva especie de cangrejo ermitaño con llamativas garras rojas y un intrigante «sonido defensivo»
Un equipo de investigadores ha identificado una nueva especie de cangrejo ermitaño en las aguas profundas del sureste de Queensland, un descubrimiento que añade un eslabón único al estudio de la biodiversidad marina australiana. Este nuevo cangrejo, bautizado como Strigopagurus fragarchela, ha captado la atención de la comunidad científica no solo por su vistosa coloración roja, que le ha ganado el apodo de «cangrejo de garras de fresa», sino por su capacidad de producir sonidos bajo el agua. Aunque se le ha observado solo en ambientes profundos, lo que limita el estudio de sus comportamientos naturales, los investigadores del Museo de Queensland están emocionados de dar a conocer las peculiaridades de esta especie y el contexto en el que ha sido encontrada.
Un cangrejo que destaca en el fondo del océano
El Strigopagurus fragarchela fue descrito oficialmente en el Memoirs of the Queensland Museum – Nature, en un artículo de los biólogos Peter Davie y Marissa McNamara, quienes notaron al instante que se trataba de una especie excepcional. Los primeros ejemplares fueron recuperados durante las incursiones de un barco pesquero que faenaba en la plataforma continental de Queensland, a una profundidad de entre 120 y 260 metros. A esa distancia de la superficie, la luz solar no penetra en su totalidad, por lo que la coloración roja intensa que hace tan reconocibles las garras de este ermitaño probablemente se perciba como un color oscuro en las profundidades del océano, lo que podría servirle como camuflaje. Sin embargo, su aspecto distintivo lo ha convertido en una novedad entre los estudiosos del género Strigopagurus, una línea evolutiva de crustáceos que ha permanecido oculta a lo largo de millones de años.
Este descubrimiento amplía el conocimiento sobre la familia Diogenidae, que contiene otras cinco especies del género Strigopagurus, de las cuales dos son endémicas de Australia.
En su estudio, los investigadores enfatizan la singularidad de esta especie, especialmente en comparación con otras dentro de su grupo. El Strigopagurus fragarchela destaca por su tamaño considerable y por un conjunto de características que lo diferencian en su anatomía, como las garras estriadas y su capacidad de producir sonidos mediante un sistema conocido como aparato estridulador.
¿Por qué un color tan llamativo?
Uno de los aspectos que más fascina a los biólogos sobre el Strigopagurus fragarchela es su tonalidad, un rojo vivo que ha llevado a los científicos a compararlo con una fresa. Aunque este color no parece tener utilidad aparente en la oscuridad de las profundidades, el equipo del Museo de Queensland ha desarrollado algunas hipótesis. Marissa McNamara, quien ha liderado el estudio en el museo, explica que el color rojo en realidad puede comportarse como un camuflaje en entornos profundos. A medida que el espectro de luz disminuye en las profundidades, el color rojo se vuelve negro o indistinguible, lo que podría ayudar al cangrejo a esconderse de posibles depredadores o competidores cuando se retrae en su concha, afirma la investigadora.
Además, el cangrejo suele alojarse en conchas de caracoles del género Volutidae, unas conchas de intrincados patrones y tonos brillantes muy apreciadas por los coleccionistas. Esta elección no parece ser al azar, ya que estas conchas no solo ofrecen refugio, sino que también pueden ayudar al cangrejo a pasar desapercibido en el fondo marino, donde abundan las texturas y tonos similares.
La “voz” del cangrejo: un enigma acústico
Otra característica intrigante de este nuevo cangrejo es su habilidad para producir sonidos. Este comportamiento, conocido como «estridulación», es un fenómeno relativamente raro entre los crustáceos, pero bien documentado en especies de tierra firme como los grillos. La estridulación del Strigopagurus fragarchela se produce cuando frota las garras entre sí, generando un sonido que, según los investigadores, podría cumplir funciones defensivas.
“Al igual que otros cangrejos ermitaños que usan el sonido para advertir a los intrusos, este cangrejo podría emplear el ruido para marcar su territorio o defenderse de posibles competidores en la lucha por las conchas”, explica McNamara. En un entorno tan competitivo como el fondo oceánico, donde los recursos y los refugios son escasos, la capacidad de emitir un “sonido de advertencia” sería una ventaja evolutiva para evitar conflictos físicos, que pueden ser costosos en términos de energía o incluso mortales.
El hallazgo del Strigopagurus fragarchela no solo añade una nueva especie al listado de fauna marina australiana, sino que fortalece el papel de Australia como uno de los focos más ricos en biodiversidad para el género Strigopagurus. El género, cuya historia se remonta a millones de años, se distribuye mayormente en la región Indo-Pacífica, aunque algunas de sus especies se encuentran en áreas limitadas.
Hasta ahora, cinco especies eran reconocidas en este grupo, pero su hallazgo refuerza la hipótesis de una posible evolución local de especies en los ecosistemas marinos australianos. Dos de las especies de Strigopagurus están presentes en las costas sureñas de Australia, mientras que otra, Strigopagurus bilineatus, es conocida en las aguas tropicales de Queensland.
Según McNamara, los cangrejos del género Strigopagurus han mostrado una diversidad morfológica significativa, lo que sugiere que sus ancestros han experimentado procesos de aislamiento geográfico y adaptaciones especializadas que les han permitido sobrevivir en áreas delimitadas de Australia. Este cangrejo, con su aparato estridulador y coloración única, añade un ejemplo más de las variadas formas en que los animales se adaptan y prosperan en nichos específicos del medio marino australiano.
Conservación y conocimiento del mundo submarino
El Strigopagurus fragarchela se ha identificado como un miembro de las comunidades biológicas de la plataforma continental de Queensland, ecosistemas que, a pesar de ser menos accesibles que los de aguas someras, están repletos de una increíble diversidad. Sin embargo, estos ecosistemas enfrentan crecientes amenazas debido a la actividad humana, como la pesca industrial y los cambios medioambientales provocados por el cambio climático.
La directora del Museo de Queensland, Jim Thompson, destaca la importancia de estos descubrimientos para la conservación de la biodiversidad marina. Y es que las colecciones de historia natural no son solo conjuntos de especímenes conservados; son herramientas vitales para el descubrimiento científico, la conservación y la educación pública. Como señala Thompson, este hallazgo es una prueba más de la riqueza biológica de nuestro estado y subraya la necesidad de proteger estos hábitats únicos.
El equipo de investigación espera que el descubrimiento de Strigopagurus fragarchela motive a la comunidad científica y a las autoridades a tomar conciencia de la fragilidad de los ecosistemas marinos profundos y a implementar medidas para preservar estas áreas. La investigación en curso también tiene el objetivo de comprender mejor la ecología y los posibles roles de este nuevo cangrejo en el ecosistema, así como estudiar cómo sus características anatómicas y de comportamiento se relacionan con su entorno.
Un avance significativo en el estudio de los crustáceos
El descubrimiento de Strigopagurus fragarchela es un hito para la investigación marina en Australia y un recordatorio de los misterios que aún esperan ser desvelados en el mundo submarino. Al combinar estudios de campo y laboratorio, los científicos australianos continúan desentrañando el complejo mosaico de la biodiversidad oceánica. Cada hallazgo como este contribuye a una visión más completa y profunda del pasado y presente de nuestro planeta, y refuerza la importancia de proteger y documentar los recursos naturales.
Como el equipo de biólogos del Museo de Queensland ha demostrado con esta investigación, la búsqueda de conocimiento y conservación va de la mano con cada descubrimiento que sale a la luz. Y, en el caso del «cangrejo de garras de fresa», con cada detalle revelado se profundiza aún más el respeto por la vida oculta en las profundidades marinas.
Fuente: muyinteresante.com