La cuarta parte de las especies de mamíferos y el 13% de las aves corren el riesgo de desaparecer, además, el actual incremento de la demografía humana aumenta ese riesgo sobre las demás especies, advirtieron esta semana científicos que advierten una transformación radical de los espacios naturales.
«La Tierra es capaz de alimentar correctamente a 10 mil millones de personas y al mismo tiempo preservar el hábitat de una mayoría de las especies», aseguran los autores de un estudio cuyos resultados publica la revista Nature. A esto, se le suman las proyecciones que señalan que la población mundial aumentará 3.200 millones de personas, principalmente en África.
Ello implica la necesidad de políticas de protección de la naturaleza y de reducción del impacto de las actividades humanas, así como un mayor compromiso de científicos y dirigentes.
Para «cerca del 80% de las especies de mamíferos y aves amenazadas, la pérdida del hábitat está vinculada al desarrollo de la agricultura», estimaron los investigadores. Vienen luego, en orden decreciente, la explotación forestal, el desarrollo urbano, la caza y las especies invasoras.
Los autores insisten especialmente en la amenaza a la biodiversidad en el sudeste asiático, principalmente en China e India, donde viven 1.500 especies de mamíferos.
Sin embargo, es también esta zona donde el ritmo de crecimiento de la población y de las riquezas más se ha acentuado. Desde 1960, se han sumado 2 mil millones de habitantes y su PIB per cápita se ha multiplicado por siete.
En ese contexto económico, «la demanda de tierras agrícolas y de proteínas animales aumenta, lo cual constituye una amenaza para la biodiversidad», destacan los autores.
Una mejor gestión y mayor protección
Para revertir esa tendencia que erosiona la biodiversidad, los expertos aseguran que se necesita una mejor gestión y una extensión de las zonas protegidas. Sin embargo, advierten que las autoridades no deben detenerse en esos puntos únicamente.
Para frenar la pérdida del hábitat natural, será necesario planificar mejor la utilización de las tierras para evitar la fragmentación de las parcelas y la deforestación, aumentar el rendimiento agrícola y cambiar algunas prácticas alimentarias.
Aumentar los rendimientos podría «reducir significativamente la demanda» de extensión de los cultivos, pero ello no debe hacerse a expensas del medio ambiente a través del abuso de fertilizantes y pesticidas, aconsejan los científicos.
La alimentación de todos también deberá incluir menos productos cárnicos, dado que la ganadería consume demasiadas tierras, según los autores.
Fuente: AFP