Los elefantes marinos del norte han protagonizado una notable recuperación tras escapar por poco de la extinción por la caza, pero un estudio revela efectos genéticos duraderos en la población actual.
Cazados por el aceite de su grasa, los análisis genéticos sugieren que los cientos de miles de elefantes marinos del norte que vivían en el océano Pacífico se habían reducido a una población de menos de 25 animales a principios del siglo XX.
Desde entonces, la población se ha recuperado hasta unos 225.000 individuos, pero la nueva investigación, dirigida por las universidades de York y Bielefeld (Alemania) y publicada en Nature Ecology and Evolution, sugiere que la drástica disminución de la población provocó la pérdida de muchos genes del acervo genético del elefante marino del norte, lo que afectó a su diversidad genética y su salud.
Los investigadores, que combinaron datos genéticos, registros de salud, modelos de tamaños de población y simulaciones genéticas para llevar a cabo el estudio, no observaron el mismo patrón en el elefante marino del sur, estrechamente relacionado con ellos, que no experimentó un evento de casi extinción.
Los resultados demuestran cómo las drásticas disminuciones de la población pueden reducir la diversidad genética de una especie, aumentando el riesgo de endogamia y amenazando su supervivencia. Ofrecen información importante para la conservación de especies y la gestión de ecosistemas, afirman los investigadores.
El autor principal del estudio, el profesor Kanchon Dasmahapatra, del Departamento de Biología de la Universidad de York, dijo: “Nuestro estudio ilustra cómo la historia poblacional única de una especie configura su diversidad genética. La diversidad genética altamente reducida, incluida la pérdida de copias de genes beneficiosos, puede perjudicar la capacidad de los elefantes marinos del norte para hacer frente a futuros cambios ambientales, incluidos los causados por el cambio climático antropogénico, los cambios en el hábitat de la especie o incluso amenazas naturales como brotes de enfermedades”.
El autor principal del estudio, el profesor Joseph Hoffman de la Universidad de Bielefeld, agregó en un comunicado: “Todos los individuos de una especie son portadores de algunas mutaciones dañinas, aunque sus efectos suelen estar ocultos. Sin embargo, los individuos consanguíneos pueden enfrentar problemas de salud a medida que estas mutaciones se exponen.
“Observamos varios rasgos clave de salud en estas focas, como el peso corporal, el grosor de la grasa y la susceptibilidad a las enfermedades. Para nuestra sorpresa, no encontramos señales de problemas de salud relacionados con la endogamia. Creemos que la grave disminución de la población puede haber eliminado muchas mutaciones dañinas”.
Fuente: europapress.es