Casi la mitad de las especies del mundo podrán desaparecer hacia final de este siglo si no se consigue mantener la temperatura global por debajo de los 2ºC, según un estudio publicado hoy por WWF en el que se contemplan pérdidas de hasta el 80 % de los mamíferos en el caso de África, y del 60 % en la región mediterránea.
El informe “Vida silvestre y calentamiento global” co-elaborado por WWF, la Universidad de James Cook (Australia) y el Centro Tyndall de Investigación para el Cambio Climático en la Universidad de Anglia del Este (Reino Unido), señala que, incluso si se consigue el objetivo de no superar los 2°C marcado por el Acuerdo de París, en las áreas más biodiversas del mundo se podrá extinguir el 25% de las especies.
A diez días de la celebración de La Hora del Planeta, el estudio analiza el impacto del cambio climático en unas 80.000 especies de plantas y animales de 35 ecorregiones, las áreas naturales del planeta con mayor biodiversidad y en las que la ONG centra sus esfuerzos de conservación, explica en un comunicado WWF-España.
Amazonas, África y Australia, las zonas más afectadas
Desde esta ong han asegurado que lugares como el Amazonas o las Galápagos podrán quedarse sin el 50 % de sus especies de animales y plantas, según ha concluido la investigación.
También el suroeste de Australia experimentará grandes pérdidas de biodiversidad, con el 89 % de los anfibios que podrán extinguirse a causa del cambio climático.
La región mediterránea
De acuerdo con el estudio, incluso con una baja incidencia del cambio climático, “el Mediterráneo es vulnerable”, ya que esta región podrá ver desaparecer a hasta el 60 % de sus especies vegetales y a entre el 45 y el 60 % de mamíferos si éstas no tienen posibilidad de migrar.
Limitar el aumento de temperatura y conectar los espacios naturales
Frente a todos los posibles, la solución a juicio de los especialistas pasa por, de un lado, mantener el aumento de la temperatura global “tan bajo como sea posible” y, del otro, garantizar la conectividad de espacios a través de, por ejemplo, corredores ecológicos, para que las especies puedan migrar de un territorio a otro y sobrevivir.
“Si las especies pueden moverse libremente a nuevas localizaciones, el riesgo de extinción local disminuye del 25% al 20%” en un escenario de aumento de 2°C en la temperatura media global, han aseverado.
Fuente: Efeverde