Les arrancan el hígado y el corazón. Los tiburones blancos restantes han huido de la costa para sobrevivir, reportan los investigadores
Los tiburones blancos (´Carcharodon carcharias’) están desapareciendo de la costa de Gansbaai, en Sudáfrica, desde 2017 debido a la presencia de dos despiadadas orcas (’Orcinus orca’) que cazan a estos depredadores, informa un estudio publicado el último 29 de junio en la revista científica African Journal of Marine Science.
Según el documento, ocho tiburones blancos han llegado muertos a las playas de Gansbaai con signos notorios de haber sido atacados. A siete de ellos les faltaba el hígado y a algunos también el corazón.
Desde que comenzaron los ataques, los avistamientos de tiburones blancos disminuyeron drásticamente en toda el área (de seis por día a solo uno). El rastreo de ejemplares marcados ha permitido comprobar que los tiburones se marchan por semanas o meses cuando la pareja de ballenas asesinas está cerca.
Estos sanguinarios cetáceos, dos orcas machos con cicatrices distintivas —causadas por sus batallas—, han sido nombrados por los pobladores locales como Babor y Estribor.
Los autores del estudio describieron que cada tiburón muerto en la playa se asociaba con avistamientos de Babor y Estribor. Aunque el recuento oficial de asesinados es ocho, es probable que muchos más cadáveres se hayan perdido en el fondo del mar.
Asimismo, se mostraron preocupados por las consecuencias de que los tiburones blancos abandonen la costa que dominaron por tanto tiempo.
De acuerdo con la investigación, un nuevo depredador de nivel medio llamado tiburón ballenero de bronce (Carcharhinus brachyurus), que abunda en cantidad, ha invadido la zona ante la ausencia del tiburón blanco.
Este cambio podría ejercer presión sobre las especies depredadas, lo cual afectaría a toda la cadena alimenticia.
“El equilibrio es crucial en los ecosistemas marinos; por ejemplo, sin grandes tiburones blancos que restrinjan el comportamiento de los lobos marinos, las focas pueden depredar a los pingüinos africanos en peligro crítico o competir por los pequeños peces pelágicos que comen. Ese es un impacto de arriba hacia abajo”, señaló la bióloga Alison Towner, autora principal del estudio.
Fuente: larepublica.pe