Dra. Paola Bocanegra Ibarias, Dr. Adrián Camacho Ortíz, Dra. Samantha Flores Treviño y Dra. Elvira Garza González
Los autores están adscritos al Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”, de Monterrey, Nuevo León.
E n el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó un plan de acción para enfrentar la resistencia antimicrobiana que actualmente es un grave problema de salud mundial. La presencia de bacterias resistentes a antibióticos incrementa el riesgo de propagación y prolongación de enfermedades infecciosas. En este plan, entre otras acciones, se establecen medidas que buscan incrementar el conocimiento y la concientización de dicho problema en la sociedad y el gobierno de los diferentes países. A partir del mismo año, la OMS puso en marcha un sistema mundial de vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos, con el objetivo de identificar a los microorganismos patógenos que representan una mayor amenaza para la humanidad. En respuesta al plan de acción mundial de la OMS, el pasado mes de junio se emitió en México, en el Diario Oficial de la Federación, la Estrategia Nacional de Acción contra la Resistencia a los Antimicrobianos, de aplicación obligatoria para todas las instituciones que integran al sistema nacional de salud de nuestro país (1). El objetivo principal de esta estrategia nacional es establecer las líneas de acción necesarias para lograr un uso racional de antimicrobianos, con la finalidad de reducir la diseminación de la resistencia a antimicrobianos en los diferentes sectores de salud.
El año pasado, la OMS publicó una lista de bacterias patógenas de alta incidencia en el mundo que presentan multirresistencia a antibióticos, denominadas coloquialmente como “superbacterias”. Asimismo, la OMS hizo un llamado para que se desarrollen con urgencia nuevas estrategias para combatir las infecciones que causan estas bacterias, denominadas actualmente patógenos prioritarios. Entre estas bacterias se encuentra un grupo denominado como ESKAPE, acrónimo que hace referencia a sus nombres (Enterococcus spp., Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter spp.), así como a su capacidad de “escapar” a la terapia con antibióticos, ya que estas bacterias pueden poseer resistencia a muchos de los antibióticos que se emplean para su tratamiento. A continuación, se describen algunos datos relevantes de cepas de estas bacterias aisladas en los últimos años en diferentes hospitales de nuestro país.
Las bacterias Enterococcus faecium y Enterococcus faecalis ocasionan principalmente cuadros de endocarditis (inflamación de las válvulas y cavidades cardiacas), infecciones en las vías urinarias y bacteriemias (presencia de bacterias en la sangre). La vancomicina es de los últimos antibióticos que se emplean para el tratamiento de las infecciones por estas bacterias. Sin embargo, en México se ha encontrado que el 22.1 y 0.4% de las cepas aisladas de E. faecium y E. faecalis, respectivamente, son resistentes a vancomicina.
La bacteria Staphylococcus aureus normalmente forma parte de la microbiota de fosas nasales, nasofaringe, piel y mucosas de humanos; sin embargo, puede llegar a causar un amplio espectro de infecciones, como son infecciones cutáneas, bacteriemia, neumonía y endocarditis. En 1961 se hizo el primer reporte de cepas resistentes al antibiótico meticilina, conocidas como MRSA, por sus siglas en inglés “methicillin-resistant Staphylococcus aureus”. En México, del 48 al 62% de las cepas de S. aureus que se aislan son resistentes a meticilina (2).
La bacteria Klebsiella pneumoniae ocasiona cuadros de neumonía, infecciones urinarias, meningitis (inflamación de las membranas de la médula espinal y el cerebro), entre otras. Las cepas aisladas de esta bacteria pueden presentar resistencia a distintos antibióticos, siendo los más importantes las cefalosporinas de tercera y cuarta generación y los carbapenémicos. La frecuencia de resistencia a los antibióticos betalactámicos y carbapenémicos de cepas de Klebsiella aisladas en México, es de 56 y 4.6%, respectivamente (3).
La bacteria Acinetobacter baumannii es uno de los principales agentes causales de neumonía hospitalaria. Además, puede ocasionar bacteriemias, meningitis e infecciones de piel y tejidos blandos. En la década de los 60’s, las cepas aisladas de esta bacteria eran susceptibles a la mayoría de los antibióticos. En 1985 se reportó el primer aislamiento con resistencia a carbapenémicos, que son de los últimos fármacos que pueden ser empleados para su tratamiento. Actualmente, del 70 a 96% de las cepas de A. baumannii aisladas en México, presentan resistencia a carbapenémicos.
La bacteria Pseudomonas aeruginosa es uno de los principales agentes causales de neumonía e infecciones urinarias en pacientes hospitalizados. Esta bacteria tiene varios mecanismos que le confieren resistencia a diferentes antibióticos. Por ejemplo, del 12 al 38% de las cepas de Pseudomonas aisladas en México presentan resistencia a carbapenémicos.
Las especies de Enterobacter con mayor relevancia clínica son E. cloacae y E. aerogenes, las cuales ocasionan infecciones de heridas, de vías respiratorias y del tracto urinario. Las cepas de esta bacteria que se han aislado recientemente en México, presentan resistencia a betalactámicos y/o a carbapenémicos, con frecuencias de 29% y de 2-5%, respectivamente.
Además de las ya mencionadas, existen muchas otras bacterias patógenas circulantes en México, cuya frecuencia de resistencia a antibióticos ha ido incrementando notablemente en los últimos años. Marc Sprenger, director de la Secretaría para la Lucha Contra la Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS, dijo recientemente: “el proceso de desarrollo de resistencia se está acelerado de forma exponencial debido a que los antibióticos se utilizan en exceso y a menudo en contextos equivocados”. Así, una de las principales medidas para revertir la problemática de la resistencia a los antimicrobianos es la información, para generar conciencia en la población general y en el sector salud, sobre la importancia de este problema, con el fin de restringir el uso de los antibióticos a los casos estrictamente necesarios.
Referencias
- Diario Oficial de la Federación: Estrategia Nacional Contra la Resistencia a los antimicrobianos (2018). http://dof.gob.mx/nota_ detalle.php?codigo=5525043 &fecha=05/06/2018.
- Eduardo Rodríguez Noriega, et al. (2014), La evolución de la resistencia bacteriana en México, 1973-2013. Biomédica, 34(1):181-190. doi.org/10.7705/biomédica. v34i0.2142.
- Rayo Morfin Otero, et al. (2015),Antimicrobial susceptibility trends among gram-positive and –negative clinical isolates collected between 2005 and 2012 in Mexico: results from the tigecycline evaluation and surveillance trial. Annals of Clinical Microbiology and Antimicrobials, 14:53. doi 10.1186/s12941-015-0116-y.