Jesús Antonio del Río Portilla
Seguimos con los intercambios de ideas sobre la reforma eléctrica. Uno de los argumentos que se esgrimen en contra de las fuentes renovables es su variabilidad. La variación de la radiación solar es de lo más evidente y que sucede con mayor predictibilidad, es decir, no hay radiación solar en la noche. Además, con los modelos climatológicos actuales y las capacidades de cálculo se puede pronosticar con certeza la radiación solar que llegará a un lugar determinado. También encontramos variaciones en el viento, pero nuevamente con los modelos actuales se pueden predecir con certeza las distribuciones.
Estas innegables variabilidades se presentan como argumentos para decir que no es recomendable apostar por la generación con fuentes renovables, en particular con la solar y la eólica. Desde mi punto de vista, esta argumentación en contra era válida hace algunas décadas, pero con la capacidad de cómputo y la disponibilidad de dispositivos eléctricos y electrónicos, aunadas a las herramientas de la inteligencia artificial, la variabilidad -ahora- es posible compensar y potenciar un uso adecuado de las fuentes renovables.
En esta última dirección apunta un artículo publicado el día 25 de enero de 2022 -sí, la semana pasada- que enfatiza precisamente que al considerar el agrupamiento de la generación de energía con fuentes renovables de manera que en diferentes husos horarios se aumenta la disponibilidad de energía para satisfacer la demanda en el contexto regional o global.
Es decir, en el uso de las fuentes renovables las redes de transmisión y distribución son de suma importancia.
Este es un aspecto muy importante al concebir una reforma eléctrica, que no debe ser conceptualizada solamente con la mira en la generación, sino que se tiene que considerar a las redes.
De hecho, como apunta este artículo, la inteligencia en las redes requiere de invertir en tecnología tanto en dispositivos eléctricos electrónicos como en algoritmos para utilizar los datos y construir modelos aplicados a un manejo adecuado de las variabilidades de la generación y el uso de la energía.
Efectivamente, hasta la línea anterior solamente había comentado la variabilidad en la generación que tienen las renovables, pero otro punto esencial es la variabilidad que tiene el uso de la energía.
Por esto, me refiero a que, tanto en la industria como en las oficinas, escuelas y en los domicilios, el uso de la energía depende de la hora del día y, en muchos lugares, de la época del año.
En este sentido, la red de transmisión y distribución de electricidad tiene que acoplar las variabilidades de la generación y del uso.
Ya en otros comentarios he enfatizado la importancia de la flexibilidad en el uso de la energía para construir un sistema energético más eficiente.
En esta ocasión, quiero enfatizar lo que dicen C. Wu, X-P Zhang y M. Sterling [1] sobre la disminución de la variación de las renovables si se considera la generación en lo que podríamos llamar un día extendido al considerar diferentes lugares en la generación de la energía demandada en regiones amplias.
Por ejemplo, en nuestro país, se podría construir una red de transmisión y distribución verdaderamente inteligente que acoplara la generación fotovoltaica, eólica, geotérmica, hidroeléctrica y de biocombustibles a lo largo de regiones y del todo el país. En el artículo se menciona que la variabilidad en México disminuiría si se considerara las posibilidades de generación fotovoltaica, dadas las cantidades de insolación que recibimos.
Desde mi perspectiva, la posibilidad de contar con un sistema eléctrico sustentable requiere forzosamente la participación mayoritaria de las fuentes renovables y de un sistema de transmisión y distribución verdaderamente inteligente.
Digo sistema de transmisión y distribución porque considero que a la red inteligente se le deben incorporar dispositivos y sistemas computacionales con inteligencia artificial [2] para acoplar tanto las variabilidades de la generación como las de la demanda y robustecer el sistema eléctrico.
Con esta visión, claramente el negocio de una empresa estatal de energía eléctrica se incrementará en comercializar un sistema de transmisión y distribución verdaderamente inteligente.
Así, desde mi punto de vista, la CFE debe apuntar a construir esta opción que sí apunta hacia el bienestar social en lugar de perseguir el anticuado y dañino negocio de la generación con combustibles fósiles.
[1]https://www.nature.com/articles/s41598-022-05247-2
[2 https://acmor.org/publicaciones/aplicaciones-de-inteligencia-artificial-en-el-sector-energ-tico
Fuente: delrioantonio.blogspot.com