Juan Ramón Camacho Rodríguez
Hablar de Pedro Zuloaga es hablar de un chihuahuense de visión amplia y vocación científica que lo llevó, como investigador, a colaborar con Albert Einstein haciendo contribuciones teóricas y divulgando los avances científicos en la primera mitad del siglo XX.
Pedro Zuloaga Hirigoity nació en Chihuahua el 10 de noviembre de 1891. Hijo de Carlos Zuloaga y Felícitas Hirigoity. Después de realizar sus estudios de primaria en su ciudad natal, el adolescente Zuloaga se trasladó a Estados Unidos.
Para hacer sus estudios universitarios, Zuloaga se fue a Europa, estableciéndose en Suiza y posteriormente en Alemania, dedicándose a la física y las matemáticas con destacada entrega, convirtiéndose en un científico reconocido que puso en alto el nombre de Chihuahua y de México.
“Fue en los años previos a la Segunda Guerra Mundial cuando la Universidad de Chicago realiza una encuesta entre científicos mundialmente reconocidos, sobre la comprensión y dominio de la Teoría de la Relatividad recientemente enunciada por Albert Einstein”, escribió el historiador Zacarías Márquez (1990).
Ante dicha encuesta, continúa el historiador, “sólo once dieron respuestas satisfactorias, y una de ellas fue la de Pedro Zuloaga. Será precisamente este incidente el que lo pondrá en contacto con Einstein”. La relación entre ellos se consolidó en una colaboración amistosa.
Zuloaga logró una notable talla intelectual. Pisó los campos de la filología, el arte, la literatura, la historia, la filosofía, la física y las matemáticas. Fue un políglota y articulista con alto compromiso social y hasta de un firme compromiso cívico y político.
Luis López Hermosa y Parra, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, expresó lo siguiente: “A lo largo de su vida, Zuloaga reunió un invaluable acervo bibliográfico que delineó su perfil como filólogo, historiador, filósofo, pero sobre todo como físico, y en esa rama del conocimiento la divulgación de la ciencia fue su pasión” (Vázquez & López).
Pedro Zuloaga murió el 5 de marzo de 1954, en la Quinta de Santa Elena, en Chihuahua. Gregorio F. Prieto Cuilty escribió en su texto “Don Pedro Zuloaga ha muerto” lo siguiente: “en su juventud estudió la teoría física y las bases de la composición del divina arte y además, tocaba el piano con gran sentimiento y rara facilidad, entretenimiento al que dio de mano posteriormente, pues la ciencia se enseñoreó de su espíritu y su estudio tesonero absorbió todo su tiempo”(Vázquez & López).
Zacarías Márquez Terrazas se refiera a Zuloaga así: “es en la actualidad uno de los chihuahuenses ilustres menos conocidos, ya que historiadores y escritores suelen omitirlo en sus referencias, prefiero creer que sea por falta de información y no intención malsana”.
Fuente: elheraldodechihuahua.com.mx