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¿Parque Jurásico hecho realidad?

Doctora Georgina Hernández Montes

Muchos recordarán la película de Parque Jurásico (en inglés Jurassic Park), que es una película de ciencia ficción, estrenada en 1993 y basada en la novela con el mismo nombre.​ La trama aborda el tema de la clonación para crear dinosaurios que son el principal atractivo de un parque de diversiones, el cual es financiado y administrado por un filántropo multimillonario. Hoy sabemos que la clonación de los dinosaurios no es factible por diversas razones científicas, pero uno de los ángulos que tiene esta película es la parte ética acerca de la responsabilidad que tenemos al crear o recrear animales que alguna vez existieron. Es por ello por lo que abordo este tema, ya que el lunes 7 de abril del 2025 se dio a conocer que una empresa biotecnológica había “desextinguido” a una especie de lobo gigante que vivió en el planeta hace más de 10,000 años. Esta noticia tiene varios aspectos que vale la pena reflexionar más allá del innegable logro científico.

Primero, hay que aclarar es que no es un lobo “creado” con el 100% de la información genética del lobo gigante (Aenocyon dirus), ya que se tomó el 95% del genoma del lobo gris y sobre esa base se insertó la información de 20 genes del lobo gigante, por lo que no es una resurrección propiamente dicha. Esto de manera muy similar a la película donde se toma información genética de los dinosaurios y se coloca sobre el genoma de la rana. Segundo, que los procesos de extinción de especies tienen tanto causas naturales que tienen que ver con desastres naturales, cambios climáticos o competencia entre especies, como causas humanas, como la destrucción de los hábitats, la contaminación debido a las diversas actividades, la explotación excesiva para consumo, o bien, la introducción de especies invasoras que terminan por eliminar a las especies nativas. Por último, el “revivir” una especie extinta forzosamente tiene que acompañarse de un análisis ecológico y evolutivo para pensar en la reintroducción de dicha especie.

Se calcula que anualmente y nivel mundial perdemos entre 15 mil y 60 mil especies [1] y a la gran mayoría de ellas ni siquiera las llegamos a conocer, entonces ¿cuáles son los criterios para elegir qué especies proteger o regresar a la vida? Podemos plantear varias respuestas que van desde la importancia dentro de un ecosistema, en la actividad económica o la utilidad para la salud humana. Sin embargo, el “carisma” de la especie en cuestión es un criterio, pero subjetivo, ya que en 2017 un grupo de investigadores evaluó el compromiso de las personas con la conservación de la biodiversidad mediante su «disposición a pagar» a través de programas de recaudación para la conservación de las especies. Los investigadores exploraron si los participantes fueron influenciados por características científicas particulares del animal, como el estado de conservación o distancia filogenética con los humanos, o bien, por características más relacionadas con el afecto, como el carisma o la “belleza” del animal. El estudio encontró que los participantes eran más propensos a elegir una especie carismática que a una en peligro de extinción [2]. Este parece ser el caso de los lobos gigantes que fueron anunciados, sumado a que de acuerdo con varios internautas en redes sociales, lo que más les llamó la atención es que son iguales a los que salieron en la conocida serie televisiva Juego de Tronos.

Otra de las cosas que llama la atención es que este logro fue anunciado por la empresa biotecnológica Colossal Biosciences y, de acuerdo con su página web, tienen el objetivo de traer de regreso a otras especies extintas, como el mamut, el pájaro dodo y otras especies, aunque no mencionan cuáles. Esta empresa tiene diversos inversionistas, que van desde celebridades como Tom Brady y Chris Hemsworth, hasta empresas como At One Ventures, que se dedican a hacer inversiones de alto riesgo en empresas tecnológicas con proyectos disruptivos. Por un lado, es una buena noticia que al menos en otros países haya inversiones importantes en desarrollos biotecnológicos, pero viendo el contexto de lo que ha hecho Colossal Biosciences, parece que es más un negocio tipo parque jurásico, porque escogieron especies carismáticas, pero con pocas probabilidades de vivir y reproducirse solos en las condiciones climáticas actuales, sin haber considerado las cuestiones éticas de sufrimiento animal. Por otro lado, existen otros problemas que requieren atención e inversión económica, como los relacionados con las causas que provocan la extinción de una especie. Posiblemente sea una mejor inversión atender dichas causas para lograr conservar o, en algún caso justificado, “revivir” a cualquier especie. En este sentido, el logro anunciado no parece tener como objetivo mantener a largo plazo a esta especie, dado que también anunciaron que los lobos están siendo criados en una reserva ecológica y sin un contexto de desarrollo social por la ausencia de una manada.

Y aquí es a donde me pregunto: ¿hasta dónde es válido “desextinguir” especies sin oportunidades de sobrevivir y solo por el desafío?, ¿hasta dónde es válido traer especies solo por diversión, entretenimiento o el asombro de las personas, para ganar dinero con ello?, ¿no nos ha bastado comerciar con la vida de los animales en esta época, sino que ahora deseamos comerciar con los que ya se extinguieron?, ¿no tenemos otras prioridades biotecnológicas que desarrollar?, ¿la falta de inversión en empresas biotecnológicas no es una cuestión de recursos, sino de proyectos atractivos? Y, finalmente: ¿hasta dónde llega nuestra responsabilidad por las creaciones que liberamos al mundo, sabiendo que vivimos en sistemas complejos que son impredecibles?

https://www.gaceta.unam.mx/miles-de-especies-se-pierden-anualmente/
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320716309302
https://colossal.com/

Fuente: launion.com.mx

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