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Parentalidad positiva parte II: Habilidades de crianza ¿Cómo desarrollarlas y utilizarlas con nuestros hijos?

Parentalidad positiva parte II: Habilidades de crianza ¿Cómo desarrollarlas y utilizarlas con nuestros hijos?

En la anterior entrega hablamos en general sobre diversas estrategias de parentalidad positiva, en este documento trataremos con mayor detalle dichas estrategias.

Disciplina eficaz con nuestros hijos

Muchos padres piensan que la disciplina consiste en regañar y castigar físicamente, pero no es así, ya que estos métodos provocan miedo y desconfianza en los niños.

La disciplina es el establecimiento de límites y normas claros y coherentes, acordes al desarrollo de tu hijo, y libres de todo elemento violento o agresivo, ya sea de forma física o psicológica. Existen varias estrategias, por ejemplo la pérdida de privilegios o dar un quehacer adicional de acuerdo con la gravedad de la conducta, el tiempo fuera, o incluso en algunas ocasiones, la misma conducta trae consecuencias naturales, como por ejemplo si tiré un vaso con agua, la consecuencia natural, sería limpiar.

En particular, la pérdida de privilegios consiste en pedir un objeto momentáneamente o el acceso a alguna actividad que sea importante para el niño (usar el celular, jugar con los amigos, ver tv, etc.).

Así también, el quehacer adicional no debe formar parte de sus obligaciones, puede ser lavar trastes, lavar el baño o barrer el patio.

El objetivo principal de la asignación de este tipo de consecuencias es que una conducta de tus hijos como los berrinches, pegar, gritar, entre otras, disminuyan o desaparezcan por completo. Recuerda que estas consecuencias tienen que ser contingentes, es decir, tienes que asignarlas después de que ocurre la conducta, no dejes pasar tanto tiempo, junto con una serie de elementos importantes como el ser consistente, que las consecuencias sean pequeñas o medianas (siempre acordes a la conducta de interés), etc.

Supervisión parental: “Conozcamos qué hacen nuestros hijos”

Es importante que como padres supervisemos las actividades que hacen nuestros hijos. Una supervisión cuyo elemento principal sea el asegurarse que nuestros hijos estén seguros. ¡Ojo! No es necesario volvernos súper detectives. Aquí te dejamos algunos tips:

  1. En niños pequeños que se quedan al cuidado de otras personas, es importante preguntar si ocurrió algo, por otro lado, si se está en lugares abiertos se recomienda mantener el contacto visual, etc.
  2. Cuando tu hijo(a) salga de casa, propicia que te comunique los siguientes aspectos a) dónde estará b) con qué amigos estará c) si habrá adultos supervisándolos y d) cuáles son los teléfonos para contactarlo. Incluso puedes crear una nota y pegarla en un lugar visible.
  3. Conoce a los amigos de tus hijos (as), invítalos a casa y acércate a ellos
  4. Conoce qué actividades realiza en la escuela y con sus amigos
  5. Mantente en comunicación con la escuela, principalmente con sus maestros
  6. Verifica qué actividades realiza en las redes sociales

Por supuesto, estas son algunas sugerencias, pero sin duda las actividades cambian de acuerdo con las etapas y habilidades de los niños y adolescentes, así como de la responsabilidad que van adquiriendo nuestros hijos.

Desarrollo de habilidades “Llevemos a nuestros hijos paso a paso”

¿Recuerdas como aprendiste a andar en bicicleta? Exacto. Fue poco a poco. Al principio recibías apoyo de tus padres y de dos rueditas traseras, con el paso de los días lo lograste sin apoyo y sin rueditas. Lo mismo ocurre con nuestros hijos cuando aprenden conductas nuevas y complejas, ante esta situación te damos algunos puntos que pueden ayudarte:

  1. Divide la nueva conducta en pequeños pasos alcanzables. Recuerda que esta nueva conducta debe estar en función de las habilidades alcanzables para su edad.
  2. Alienta a tu hijo (a) cada vez que cumpla con un pequeño paso.
  3. Refuerza cada que tu hijo haga una nueva conducta para su beneficio y el de los demás. Reconocer claramente aquello que hizo, acompañar las palabras de un choque de manos o de algún tipo de objeto, como una calcomanía, puede ayudar a fortalecer aquellas conductas más complejas. Por ejemplo: ¡Oye!, mira qué bien quedó la ropa sucia en el cesto! ¡Chócalas!

¿Cómo solucionar problemas?

Al hablar de solución de problemas nos referimos a la búsqueda de soluciones ante situaciones que implican tener que llegar a algún acuerdo, desacuerdo o conflictos y que se pueden presentar en el hogar o en otras partes. Es importante dejar que tus hijos participen en la búsqueda de soluciones, esto permitirá que se refuerce la comunicación y que juntos lleguen y se comprometan a una solución.

Para resolver un problema toma en cuenta los siguientes pasos.

  1. Identifica el problema
  2. Genera opciones de solución
  3. Analiza las diferentes opciones
  4. Selecciona la o las que consideren más adecuadas
  5. Pon en práctica la solución
  6. Evalúa el resultado de la solución

Involucramiento positivo

El término de involucramiento positivo se refiere a la participación de los padres con la escuela y la casa; hablamos de conocer los intereses del niño/a en todos sus ámbitos, involucrarse en algunas actividades y situaciones que fortalezcan el vínculo, pasar tiempo de calidad, etc. Esta es una estrategia transversal a todas las que conforman la parentalidad positiva.

El hecho de que las familias se involucren en las tareas escolares de sus hijos, preguntando por el trabajo que realizan en diferentes asignaturas, mostrando interés en su progreso escolar y que conversen sobre lo valioso de una buena educación, permite que los niños y los jóvenes perciban que sus familias crean que el trabajo escolar, y la escuela en general, es importante y que vale la pena hablar de ello y esforzarse por aprender más.

El involucramiento en actividades de la casa resulta necesario para poder ir generando el sentido de responsabilidad y también confianza en sí mismos, lo cual les servirá en un futuro para poder tener una mejor socialización con los demás; además de que se sentirán tomados en cuenta en las decisiones que se tomen en casa y así se podrá generar una buena comunicación entre padres e hijos, lo cual permitirá a los padres monitorear de cerca las actividades que realicen sus hijos.

Buenas instrucciones

Uno de los objetivos de los padres es que los hijos sean más cooperadores, que con mayor frecuencia hagan lo que dicen y que sigan una serie de instrucciones, lo cual a veces resulta todo un reto.

Existen algunas características que pueden hacer que una instrucción sea más o menos efectiva, estudios sobre el desarrollo de los niños han mostrado que la obediencia de los niños aumenta un 50% cuando los adultos dan instrucciones efectivas, ayudan a los padres a prestar atención al buen comportamiento y promueven un ambiente más positivo al expresar la expectativa que se tiene en lugar de enfatizar lo que no se quiere que se haga (Amador y cols., 2012).

Las instrucciones efectivas son:

• Claras y específicas “pórtate bien” NO sirve. Debemos explicar qué es portarse bien: “quédate sentado y sin hacer ruido”.
• Comprensibles. En términos de acuerdo a la edad del niño.
• Dichas en un tono neutro y cerca del niño. En ocasiones tendemos a gritar desde la cocina cuando el niño está en su habitación; lo mejor es no dar instrucciones así, sino acercarse al niño y dar la indicación.
• Ser cortas. De una en una de ser posible; o enumerarlas (1º recoger, 2º apagar la luz, 3º quitarnos la ropa sucia, 4º ir al baño…), la enumeración funciona con niños de mayor edad y no deben ser demasiadas, a veces nosotros mismos no nos acordamos.
• Ser firmes y respetuosos a la vez.
• Pedir las cosas esperando cooperación, después de dar una instrucción, mantente en el lugar, da 10 segundos para que el niño coopere y si no lo hace repite la misma instrucción.
• Cierra con broche de oro: Si tu hijo coopera con lo que pediste, reconoce eso que hizo bien: “Beto, pero qué organizada se ve tu ropa, gracias por ordenarla”.
Se recomienda evitar:
• Dar Instrucciones en forma de pregunta: ¿Podrías guardar tus juguetes?
• Usar el sarcasmo, ¿A eso le llamas limpio?
• Llevar la cuenta ¡Esta es la décima vez que te pido que recojas la mesa!

Dar instrucciones a los niños y que las cumplan es importante, la clave está en encontrar el balance, esto es, tomar en cuenta que no se busca tener niños 100% obedientes. Los estudios sugieren que los niños que siguen siete de diez instrucciones se encuentran dentro de un rango aceptable. Eso significa que cierto nivel de desobediencia es necesario para aprender, lo cual se traduce también en ejercitar con nuestros hijos la adquisición de una habilidad fundamental: la de tomar decisiones. El otro extremo en donde hay un nivel muy bajo de cooperación persistente, podría en cierta medida interferir con el aprendizaje de habilidades más complejas, conducir al rechazo del niño en diferentes contextos y redundar en problemas de conducta más graves (Amador y cols., 2012).

Comunicación efectiva

Para la familia, la construcción de un vínculo adecuado implica expresar abiertamente lo que sentimos, respetando y aceptando las cualidades y defectos de las personas que nos rodean. Este proceso solo puede lograrse si aprendemos a comunicarnos de manera efectiva; por ello es necesario ejercitar y dedicar tiempo a esta práctica para garantizar relaciones de confianza entre padres e hijos y desarrollar niños con mayor seguridad en sí mismos.

Nos dimos a la tarea de buscar algunas herramientas de comunicación que te serán de utilidad para emplearlas con tus hijos:

● Habla con voz firme, tranquila y clara, sin levantar la voz ni amenazar, esto propiciará un ambiente de respeto.
● Cuando hables con tus hijos, no olvides mirarlos a los ojos y ponerte a su nivel.
● Muestra interés por las preocupaciones e intereses a lo largo de su desarrollo. Una actitud abierta a escuchar y dialogar garantiza que cuando tu hijo o hija se enfrenten a dificultades no tengan miedo de pedirte ayuda o consejo.
● Es importante mostrar actitud de escucha y reflexionar con nuestro hijo o hija sus puntos de vista y los nuestros. Así estaremos mostrando respeto y empatía por él y ofreciendo un buen modelo de comunicación.
● Mantén un clima de respeto y cordialidad. Por ningún motivo emplees actitudes agresivas como insultos, reproches o amenazas ya que ocasionan un clima de comunicación desfavorable.
● Siempre expresa tu afecto abiertamente, con gestos, palabras, besos y abrazos.

La clave como padres es conocer a tu hijo o hija, demostrarle afecto, generar confianza, escucharle y dialogar con nuestros hijos desde pequeños. De esta manera estaremos construyendo una relación basada en el respeto y la confianza mutua.

Manejando nuestras emociones

Como padres, a veces suele ser difícil controlar nuestras emociones, sobre todo el enojo cuando nuestros hijos no quieren atender lo que les decimos o pedimos, o al estar ante un berrinche. En otras ocasiones, este enojo no tiene que ver con la conducta de nuestros hijos, sino que estamos estresados, preocupados o tristes por cosas que sucedieron en el trabajo o en la familia y solemos estar con mayor susceptibilidad emocional y ante cualquier comportamiento de nuestros hijos ¡explotamos!

Muchas veces actuamos de manera impulsiva, contestamos fuerte ante algo que nos molesta de nuestros hijos; para ello, la regulación de emociones es una herramienta que va de la mano con las anteriores estrategias que hemos visto aquí, y que nos ayuda a tener una relación más armoniosa con ellos. Al regular nuestras emociones enseñamos a nuestros hijos cómo lidiar con ellas y con diversas situaciones, además crea un vínculo más sólido con los hijos, permite darles seguridad y confianza. Sabemos que NO es fácil, pero debemos trabajar mucho en ello para lograrlo.

Por eso, aquí ponemos algunas sugerencias para que puedas regular tus emociones:

  1. Reconoce la emoción que estás experimentando. En qué parte del cuerpo sientes la emoción (el estómago, la garganta, cabeza, el cuello; por ejemplo, dolor de estómago o cabeza, sentir un nudo en la garganta). El reconocer nos lleva a ser más reflexivos.
  2. Da un nombre a aquello que estas sintiendo; el no dar nombre a lo que experimentamos impide tomar conciencia y a expresarnos de forma adecuada.
  3. Identifica qué pensamientos se están presentando ante la situación.
  4. Cuando notes que está próxima una pelea entre tú y tus hijos, puedes respirar profundo; mientras respiras, puedes contar hasta 10, cantar tu canción favorita, recordar algo placentero o repasar mentalmente la lista del mercado, qué fue lo último que te hizo sonreír. Eso te permite no actuar impulsivamente y buscar opciones diferentes de comunicarte.
  5. Si el enojo o molestia aún continúa, puedes cambiar de lugar o hacer alguna otra actividad por 10 minutos: ir a otra habitación, salir a caminar, escuchar música, mirar la TV.
  6. Después de calmarte, puedes pensar y encontrar cinco conductas positivas que haga tu hijo/hija. Esto ayuda a balancear y cambiar tu chip de pensamiento para que no continúes con emociones de malestar.
  7. Ponte en el lugar de tu hijo, escucha qué tiene, cuáles son sus necesidades antes de actuar con él/ella. El mostrarse empáticos con ellos los ayuda a mejorar su autoconocimiento, a tomar una actitud positiva en casa y la escuela.

Cuidar de los niños/as y adolescentes requiere una preparación constante, aprender nuevas estrategias para hacer frente a las necesidades de las nuevas generaciones e ir promoviendo poco a poco el cambio hacia una educación libre de violencia. Busca cursos, talleres y conferencias que te ayuden a crecer junto con tus hijos.

Recursos para mejor la salud mental

Como se mencionó en este artículo y el anterior, creemos que la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad. Para complementar esta información te invitamos a conocer los diferentes programas que han desarrollado diferentes investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM).

Entre ellos se encuentra Explora H “Giremos el mundo” que es un programa de prevención del INPRFM cuyo objetivo es la promoción de habilidades socioemocionales, como la regulación de emociones, comunicación, autoestima y solución de problemas, así como de crianza positiva en el escenario familiar, y que incluye habilidades como disciplina efectiva, supervisión y aliento parental. El elemento principal del programa es una mini serie llamada “Kaluravit” que cuenta con siete videos los cuales presentan una habilidad por episodio.

Otro programa es “Dejando Huellitas en tu Vida”, el cual se trabaja con niños y niñas de primaria. De la mano de huellitas se busca fortalecer el desarrollo de las habilidades sociales, crear un espacio de reflexión sobre ciertos temas y ampliar la conciencia social de los niños, y también hacer partícipe a los padres de familia en sus diferentes actividades.

El tercer programa es CAPAS-MX, el cual se enfoca en desarrollar las habilidades de crianza de los cuidadores de niñas y niños de primaria para prevenir y tratar problemas de conductas en niños y promover la salud mental en la familia.

Tanto los programas de “Dejando Huellitas en tu Vida” como CAPAS-MX han sido evaluados y probados científicamente, donde sus alcances van más allá de los niños, ya que el programa reporta beneficios colaterales en docentes y encargados de crianza.

Estos programas y sus materiales los pueden encontrar en las siguientes páginas:

Explora H: http://www.uade.inpsiquiatria.edu.mx/explora.html

CAPAS-MX: https://www.youtube.com/watch?v=bp7i3Z-xePs

http://conacytprensa.mx/index.php/ciencia/salud/21605-inprfm-nancy-amador-crianza-positiva

Cuadernillo “ Para una mejor vida, mejores tratos”: http://www.uade.inpsiquiatria.edu.mx/pagina_contenidos/cuadernillos/cuadernillomaltrato.pdf

Cuadernillo “¿En dónde están tus valores?”: http://www.uade.inpsiquiatria.edu.mx/pagina_contenidos/cuadernillos/valores.pdf

Referencias

Amador, N. G., Guillén, S. G., Sánchez, D., Domenech, M., & Baumann, A. (2012). CAPAS-Mx: Criando con amor promoviendo armonía y superación en México. Manual para madres, padres y otros cuidadores. Mexico City, Mexico: Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
Patrikakou, E.N., Weissberg, R. P., Redding, S., & Walberg, H. J. (2005). School-Family Partnerships for Children´s Success. New York: Teachers College Press.

Proyecto de la Unidad de Encuestas y Análisis de Datos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Nancy Amador, Marycarmen Bustos, Raquel Mondragón, Vianey Cañas, Esbehidy Resendiz, Itzia Soto, Guadalupe Gutiérrez, María de Lourdes Gutiérrez y Jorge Villatoro).

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