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Niñez con Ciencia, México con Futuro

Dr. Héctor Alejandro Cabrera Fuentes

Profesor investigador, universidad autónoma benito juárez de oaxaca.
Asesor científico, tecnológico nacional de méxico / instituto tecnológico del valle de etla.
Profesor investigador, vicepresidencia de investigación y desarrollo, imam abdulrahman bin faisal university, arabia saudita.

Cada vez que un niño observa con asombro, desmonta un juguete, formula una pregunta o imagina un invento, está haciendo ciencia en su forma más pura. Nuestra responsabilidad es cultivar esa chispa, no sofocarla

Cada 30 de abril celebramos el Día del Niño. Es una fecha para honrar su alegría, su inocencia, y también su derecho inalienable a imaginar un mundo distinto. Pero más allá de los festivales escolares y los obsequios simbólicos, este día debe convertirse en un llamado de conciencia: ¿cómo estamos sembrando hoy el México que ellos heredarán mañana?

Un país que enfrenta persistentes rezagos educativos, un sistema educativo androcéntrico, una baja inversión en la infancia, en particular una insuficiente inversión en ciencia y tecnología infantil. La política educativa mexicana debe priorizar la formación de futuras científicas y científicos, fomentando esa aspiración desde los primeros años. Los sueños no surgen espontáneamente: se nutren de las experiencias que los niños viven al aprender que la pregunta no es una molestia, sino una expresión de valentía.

La ciencia no es ajena a la infancia; al contrario, es su lenguaje natural. Cada vez que un niño observa con asombro, desmonta un juguete, formula una pregunta o imagina un invento, está haciendo ciencia en su forma más pura. Nuestra responsabilidad es cultivar esa chispa, no sofocarla.

Desde mi experiencia como investigador y formador de jóvenes talentos en México, Alemania, Singapur y actualmente en el plan de nación Visión 2030 de Arabia Saudita, propongo cinco acciones estratégicas que el Gobierno de México y las instituciones educativas deben considerar con carácter urgente:

Cinco propuestas estratégicas para fortalecer el pensamiento científico desde la infancia:

Estas acciones no son un lujo. Son una necesidad urgente. En un mundo donde la ciencia define el bienestar, la seguridad y el desarrollo económico, educar científicamente desde la niñez no es opcional: es estratégico. Porque quien aprende a pensar científicamente desde pequeño, aprende también a decidir, a resistir la desinformación, a resolver problemas y a construir soluciones colectivas.

El México que soñamos comienza en las preguntas que hoy nos atrevamos a sembrar en nuestra infancia. Celebremos a nuestros niños y niñas no solo como futuros ciudadanos, sino como presentes transformadores. Porque el futuro de un país no se construye en los laboratorios del extranjero ni en las grandes cumbres internacionales, sino en cada aula, en cada libro abierto, en cada maestro que decide sembrar ciencia con amor y con convicción.

Sembrar ciencia en la niñez es cultivar esperanza y soberanía para el futuro de México.

Fuente: heraldodemexico.com.mx

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