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Necesario que las lenguas puedan sobrevivir en un lugar que no les parezca prestado: Luis Fernando Lara

Necesario que las lenguas puedan sobrevivir en un lugar que no les parezca prestado: Luis Fernando Lara

“En el momento en que se pierde en español, nuestra cultura se ve denigrada, se ve en la imposibilidad de seguirnos sirviendo para entender el mundo de acuerdo con nuestra cultura y nuestras tradiciones”, en palabras del especialista

“Mientras no haya verdaderos sistemas de educación de largo plazo, no podemos hacer que estas lenguas resurjan y sobrevivan para hacer felices a sus propios hablantes, para que puedan vivir en un mundo que no parezca que les es prestado”, aseguró el lingüista Luis Fernando Lara, miembro de El Colegio Nacional, durante la conferencia/presentación editorial del volumen Extinción y pérdida de las lenguas, dentro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, transmitida en vivo el 4 de diciembre.

A su parecer, resulta necesario que esas estrategias se ocupen por lograr que esos hablantes se alfabeticen en su propia lengua y que, con ésta vayan conquistando otras funciones comunicativas que han perdido, sobre todo en el ámbito legal, medicinal o escolar; tal es el eje de la reflexión que el especialista propone en el volumen, bajo el título “Panorama de los procesos de pérdida y extinción de las lenguas.”

“Es cuestión de estudiar todos estos procesos de pérdida y extinción y sostener que no se trata de procesos naturales, no son los procesos de pérdida y extinción de seres de la naturaleza, porque aquí intervienen los humanos y la voluntad humana por perder o conservar las lenguas. ¿Qué es lo que las ataca?: el colonialismo, el racismo, la exterminación, pero también la pérdida de capacidades discursivas en el ámbito de la educación, del conocimiento, la presión de otra lengua y la falta de políticas educativas a largo plazo.”

Los textos incluidos en el volumen corresponden a las ponencias presentadas durante el primer Encuentro Libertad por el Saber, desarrollado en El Colegio Nacional en 2016, donde se refleja la preocupación por un proceso fatal de extinción de muchísimas lenguas de la Tierra y, a la vez, la mayor parte de la gente piensa que las lenguas son una especie de seres vivos, “que tienen un momento de nacimiento, uno de gran efervescencia y de gran plenitud, y otro de decaimiento, hasta su desaparición.”

“Eso es lo que nos hacen pensar a propósito de la historia del español: los siglos XVI y XVII fueron de gran capacidad de la lengua española y ahora probablemente estemos en un proceso de decaimiento. Es una idea que le gusta mucho usar a los puristas, que siempre están en contra de las nuevas apariciones de vocablos, las nuevas maneras de hablar el español, a las que consideran castizas o bárbaras, pero es absolutamente falsa: existen, porque existimos quienes las hablamos. Cuando mueren todos los que hablan una lengua, esa lengua desaparece en ese momento”, a decir de Luis Fernando Lara.

La desaparición de la cultura

Durante la presentación del libro Extinción y pérdida de las lenguas, el investigador de El Colegio de México hizo una síntesis de los ensayos publicados en el volumen: el primero es la transcripción de la conversación de don Miguel León-Portilla, “Perduración y riesgos en la supervivencia del náhuatl, desde la independencia de México hasta el presente”.

“Nos ofreció una conversación muy amena a propósito de la historia del náhuatl, en especial del papel que tuvo durante la época del llamado Imperio Azteca, la época colonial y su presencia actual, con énfasis en el hecho de que una de las características de los pueblos mexicanos es su multilingüismo: es muy difícil encontrar un pueblo indígena mexicano que sea monolingüe de su única lengua.”

De acuerdo con Luis Fernando Lara, todos los pueblos de la humanidad habían sido multilingües, y fue en el momento en el que se crearon los Estados nacionales, cuando la imposición de lenguas nacionales a otros pueblos dio lugar al monolingüismo, “que en México nos lleva a no reconocer la riqueza y los derechos de nuestros pueblos indígenas y de sus lenguas.”

El segundo tema estuvo a cargo de la lingüista Yolanda Lastra, “Ejemplos de desplazamiento y conservación dentro de la pérdida gradual de hablantes en el náhuatl contemporáneo”, donde ofreció una serie de datos demográficos que son enormemente interesantes, como el que señala que en el censo de 2010 se contabilizó a un millón 773 mil hablantes de náhuatl: entre 1970 y 2010 casi se duplicó la población de hablantes de náhuatl en territorio mexicano.

En muchas de las lenguas indígenas, el número de hablantes crece, pero en términos porcentuales decrece, porque los comparamos con el número de mexicanos que son hablantes de español. Además, el estudio de Yolanda Lastra ofrece ejemplos de cómo han variado sus sonidos, sus significados y la penetración de la lengua española.

“La fragmentación de la lengua náhuatl ha sido un proceso continuo desde la época de la Colonia, debido a la imposición de la lengua española, que contribuyó a separar los pueblos, alejarlos comunicativamente unos de los otros; por lo tanto, en cada uno de los pueblos la lengua náhuatl evolucionó de manera diferente: eso constituye un problema para todos aquellos que quisieran la existencia de una sola lengua náhuatl, que sirva como lengua de cultura para los pueblos nahuas y para nosotros los mexicanos”, resaltó el colegiado.

Otro de los asuntos abordados en el volumen estuvo a cargo de lingüistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Martha C. Muntzel y Aileen Martínez, con el tema “Desplazamiento y revitalización de la lengua y la cultura tlahuica. Grupo otopame”, en el cual se analiza una lengua que se habla en Ocuilan, en el Estado de México, cerca de Morelos.

“Nos muestran el caso de una lengua que parece estar en proceso de extinción: para 2010 quedaban 689 hablantes de la lengua tlahuica. De acuerdo con los criterios establecidos por la UNESCO, es una lengua que ya podríamos considerar como desaparecida, pero las investigadoras, trabajando con los habitantes, poniendo la lingüística al servicio de los pobladores, están en un proceso de revitalización de la lengua.”

Un trabajo que partió del convencimiento de las virtudes de su propia lengua, contribuyendo a que vuelvan a levantar sus capacidades de expresión en lengua materna, para poder llegar a una situación en la cual puedan desenvolverse sin pérdida de cultura, lo que demuestra que no hay procesos fatales en torno a una lengua, resaltó Luis Fernando Lara:

“En el momento en que una especie de la naturaleza se ve agredida o por otras especies o por el cambio climático, la propia especie no puede hacer nada por ella misma; pero nosotros, en cuanto que somos humanos, sí podemos hacer algo por nosotros mismos y, por lo tanto, tenemos la capacidad de hacer algo por nuestras propias lenguas.”

Casos de diglosia

La diglosia es una forma de bilingüismo, “que se da cuando una de las lenguas gozan de prestigios o privilegios sociales o políticos.”

Luis Fernando Lara aplicó el terminó alrededor de dos ponencias recopiladas por el libro: la de Giorgio Perissinotto, quien se dio a la tarea de investigar sobre la presencia del español en la Alta California, que se produjo a partir del siglo XVIII, con misioneros y mediante pobladores y tropas de origen novohispano, la mayor parte de ellos de Sonora.

“La base del español californiano es una base novohispana, mexicana. En la actualidad hay 15 millones de hispanohablantes en California, y qué es lo que sucede: hay bilingüismo, español-inglés; son más bilingües los hombres que las mujeres, porque en la familia tradicional mexicana la mujer se queda trabajando en casa y, por lo tanto, no tiene que salir a la calle y hablar la otra lengua. Supongo que, en el caso de California, ahora las mujeres jóvenes habrán pasado a una situación de bilingüismo.”

De esa manera, el español se convirtió en una lengua para la vida familiar, para el grupo social, y el inglés es para el resto de las funciones sociales.

Del otro lado está un estudio de Rainer Enrique Hamel, titulado “Pensar la muerte del español en las ciencias o buscar alternativas plurilingües al monopolio del inglés”, donde el profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se refiere al hecho de que el español está perdiendo su función comunicativa en el ámbito de la ciencia, hay un absoluto predominio de la lengua inglesa.

“El español cada vez se utiliza menos en la comunicación científica, en particular en las ciencias naturales, pero también en las ciencias sociales. De acuerdo con los últimos recuentos cerca del 99 por ciento de las ciencias naturales se hace en inglés, y el 96 por ciento de las ciencias sociales se hace también en inglés.”

Para Luis Fernando Lara no deja de ser preocupante que se nos imponga el inglés en la comunicación científica, porque empieza a producirse otro caso de diglosia, en donde para hablar de ciencia se usa el inglés y, para todo lo demás, el español; además, resulta indispensable darnos cuenta de que el conocimiento científico es la vanguardia de la cultura, no es un adorno.

“Es la que nos permite estar a tono con el conocimiento humano contemporáneo, tanto en las ciencias duras, como en el pensamiento filosófico o en las ciencias sociales: en el momento en que se pierde en español, nuestra cultura se ve denigrada, se ve en la imposibilidad de seguirnos sirviendo para entender el mundo de acuerdo con nuestra cultura y nuestras tradiciones”, aseveró el lingüista.

Fuente: El Colegio Nacional

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