La sesión, que se transmitió en vivo el 10 de marzo, contó con la participación de Gabriela de la Torre, del proyecto PAUTA; Carlos Bosch, de La Ciencia en tu Escuela-AMC, así como de Mario Chávez Campos, en representación de la SEP
“El tema de la enseñanza no sólo es pertinente, estamos obligados a revisarlo y analizarlo en colectivo, sobre todo, en el marco de pandemia por COVID-19, en el que se han reconfigurado los procesos de educación y el rol de maestros como agentes de transformación social”, aseguró Mario Chávez Campos, Director General de Educación Superior para el Magisterio, al participar en la mesa redonda La niñez y la ciencia: una forma de ver el mundo, coordinada por los colegiados Alejandro Frank y Susana Lizano.
El representante de la Secretaría de Educación Pública (SEP), agregó que los niños son exploradores científicos por naturaleza, conocen y leen el mundo desde sus referentes culturales impulsados por su inagotable fuerza de la observación. “El juego ha sido un extraordinario laboratorio para la observación y experimentación”.
Puntualizó que el sistema educativo está obligado a generar las condiciones para que el bagaje de experiencia de los estudiantes se canalice y potencie a través del pensamiento científico y la inventiva. “Las nuevas generaciones de maestros deben egresar con una formación holística integral que les permita argumentar que la ciencia, el arte, la historia, entre otras, son parte inherente a la vida de las personas”.
En palabras de Mario Chávez Campos, es necesario que todo el sistema educativo fomente el pensamiento científico, innovador, inventivo y de resolución de problemas. “La escuela debe provocar para sacar lo mejor que sabe hacer el cerebro, transitar de las preguntas fácticas a las preguntas socráticas, que implican mayor reflexión”.
“En la formación de maestros en la Dirección General de Educación Superior para el Magisterio realizamos una colaboración histórica, las Escuelas Normales y la Academia Mexicana de Ciencias diseñaron cinco licenciaturas para la formación inicial de maestros de secundaria. Se revisaron las licenciaturas de Matemáticas, Biología, Química, Física y Geografía. El reto del equipo de trabajo fue elegir un lugar promisorio al cual deberían arribar los estudiantes después de cuatro años de estudio y diseñar la ruta de los contenidos disciplinarios de manera profunda y al mismo tiempo lúdica”.
De acuerdo con Chávez Campos, es posible formar maestros para sociedades complejas, que toman conciencia de que la vida profesional es su constante diálogo con los saberes de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos.
PAUTA, semillero de vocaciones científicas y ciudadanos críticos
Al tomar la palabra, Gabriela de la Torre, Directora General del Programa Adopte un Talento (PAUTA), se refirió a esta iniciativa, impulsada por Alejandro Frank, integrante de El Colegio Nacional, y el doctor Jorge Hirsch, que tiene como objetivo generar espacios de acompañamiento extra escolar en los que niños y jóvenes interesados en la ciencia desarrollen habilidades científicas, sociales, creativas y de comunicación. Explicó que PAUTA busca ser un semillero de vocaciones científicas y de ciudadanos críticos uniendo los esfuerzos de la academia, la iniciativa privada y el gobierno para contribuir al desarrollo del país.
La experta en educación especial aseguró que México tiene uno de los niveles más altos, por encima de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de chicas y chicos que esperan en su vida profesional dedicarse a una actividad relacionada con la ciencia después de los 30 años. “El conocimiento que tenemos, la forma en la que hemos aprendido las ciencias y las matemáticas, no nos dan las herramientas para lograr esto a largo plazo”.
“No es una falta de capacidad de los mexicanos, es una falta de oportunidad, y lo que intentamos es justamente abrir estos espacios, dar a los niños la oportunidad de hacer y vivir la ciencia de una manera distinta. No hemos hecho más que generar una metodología de llevar la indagación a la práctica. Aplicarlo en las escuelas, espacios extracurriculares, y dejar que niños y jóvenes apasionados por la ciencia se encuentren y puedan crear.”
PAUTA es un programa de acompañamiento que inicia en la primera infancia, es decir a los 4 años, y los interesados pueden permanecer hasta los 18 o 19 años. “Hemos visto cómo los niños viven la ciencia y lo que hemos hecho es escuchar cómo experimentan, cómo quieren entender los fenómenos a su alrededor y darle continuidad a eso con docentes que quieren saber cómo llevar este aprendizaje a su aula. Dejamos que los niños prueben sus ideas, se cuestionen y construyan conocimiento”.
De acuerdo con la Doctora en Educación, a través de estos espacios se desarrollan habilidades científicas, sociales, creativas, de comunicación y emprendimiento social. “Partimos del constructivismo, como lo hace la Secretaría de Educación Pública, tratamos de llevar un peso mayor a la construcción del conocimiento y no a la memorización. Generamos un modelo pedagógico basado en la indagación y en el aprendizaje cooperativo, porque parte de lo que sabemos es que construimos el conocimiento a partir de lo que vemos en los otros”.
PAUTA tiene presencia en Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Michoacán, Querétaro y Tlaxcala. Y se divide en seis programas: talleres de ciencia, clubes de ciencia, formación docente, talleres de matemáticas, “Pautita” enfocado a la primera infancia, y la Feria de Ciencias, que se realiza desde hace tres años en El Colegio Nacional.
La enseñanza STEM despierta la creatividad de los niños
Por su parte Carlos Bosch, creador y director del proyecto La Ciencia en tu Escuela de la Academia Mexicana de Ciencias, comentó que la investigación en matemáticas y en ciencias es indispensable para incrementar el patrimonio cultural de la sociedad y generar talento. Por otro lado, el desarrollo tecnológico y la ingeniería son necesarios para resolver problemas socioeconómicos y generar riqueza.
Por lo tanto, los llamados STEM, por sus siglas en inglés, son factores estratégicos que contribuyen a un desarrollo sustentable, cuidar al medio ambiente, mejorar la competitividad y elevar la calidad de vida. De ahí la importancia de enseñar estas habilidades desde temprana edad.
Desde 1983, la UNESCO las considera indispensables porque contribuyen a la formación del pensamiento lógico, a través de la resolución de problemas. “Yo añadiría dos cosas, los STEM disminuyen la ignorancia y con eso el miedo debido a la misma ignorancia; además, la enseñanza de matemáticas, ciencias, ingenierías y tecnología permite descubrir la enorme diferencia que hay entre la argumentación y la creencia”, aseguró el jefe del Departamento de Matemáticas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Agregó que la enseñanza de STEM implica un ejercicio importante de la razón que despierta el interés y la creatividad de los niños y que hace que el aprendizaje mejore en todas las disciplinas, debido a que transmite la fascinación del descubrimiento.
El especialista se refirió al programa La Ciencia en tu Escuela de la Academia Mexicana de Ciencias, proyecto que inició en 2002, dirigido de forma gratuita a los maestros de educación media, con el objetivo de tener una mejor actitud hacia las ciencias y las matemáticas. “Hay más de 1 millón 250 mil maestros de educación básica. No queríamos que en clase los maestros fueran los poseedores de la verdad, queríamos que la clase estuviera llena de preguntas a contestar.”
En 2009 se inició el programa piloto a la distancia para que los profesores pudieran tomar estos cursos desde todos los lugares del país, “este programa está hecho a la medida, es decir, nos adelantamos 10 años a la pandemia. ¿Y qué pasó? En el 2020 se acabó el programa porque el CONACyT dejó de apoyar a la Academia Mexicana de Ciencias y consecuentemente se tuvo que despedir a toda la gente”, finalizó Carlos Bosch.
La mesa redonda La niñez y la ciencia: una forma de ver el mundo se encuentra disponible en el canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx
Fuente: El Colegio Nacional